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68-57. El Palmer le pone el freno al Class… pero el tren ibicenco sigue en marcha

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Hay partidos en los que el marcador no cuenta toda la historia, y la derrota no siempre es sinónimo de caída. En el Pabellón de Son Moix, el Class Sant Antoni perdió mucho menos de lo que parece. Cayeron, sí. Se acabó la racha. Quince victorias consecutivas que se quedaron grabadas a fuego en los libros de la Segunda FEB. Pero el alma competitiva del equipo de David Barrio sigue intacta. El Palmer Basket Mallorca, campeón del grupo Este a falta de dos jornadas, se llevó el derbi balear por 68-57. Y lo hizo a lo campeón, sudando hasta la última gota para imponerse a un Sant Antoni que vendió cara su piel. Muy cara.

El partido arrancó con un aviso serio desde Ibiza. Triple de Gantt y un parcial de 3-10 que dejó claro que los de David Barrio no estaban para homenajes ajenos. El Class, arropado por una afición que cruzó el mar para dejarse la garganta, se plantó con personalidad en territorio rival. Pero el baloncesto tiene esas cosas: cuando un equipo está encendido, lo notas enseguida. Tres triples seguidos, y el Palmer le dio la vuelta como quien se ajusta la chaqueta. Easly, Urdiain y Scariolo, el hijo del mítico seleccionador, encendieron la mecha y el pabellón estalló.

Desde ahí, el encuentro se convirtió en una pelea a codazos por cada posesión. El Palmer dominó el rebote y afinó puntería en los momentos calientes, mientras que el Sant Antoni tuvo que remar a contracorriente. Mayo sacó el carácter, como acostumbra, y lideró la reacción para evitar que el partido se rompiera antes de tiempo. Al descanso, el 35-30 mantenía viva la esperanza pitiusa.

El tercer cuarto fue un jarro de agua fría. Arqués acercó al Class con un triplazo que puso el 35-33. Pero justo cuando parecía que llegaba el punto de inflexión, el Palmer pisó el acelerador. Parcial demoledor y +14 al final del cuarto (52-38). Aun así, este equipo no conoce la palabra rendición. Ni cuando la gasolina escasea. Dani De la Rúa apretó el puño y, con un 2+1 que puso el 57-51 a falta de cuatro minutos, le dio vida al partido. Pero el campeón no titubeó. Palma se aferró a su título y lo cerró con temple.

El MVP se lo llevó Eduard Arqués, con una valoración de 21, mientras que Mayo fue el máximo anotador del partido con 15 puntos. En el bando mallorquín, Feliu y Comendador compartieron protagonismo con 12 tantos cada uno. Pero más allá de las estadísticas, lo que queda es la sensación de que, aunque el Class no pudo sumar la decimosexta, sigue demostrando que está entre los grandes.

Con el segundo puesto asegurado y el billete al ‘play-off’ ya en la mano, ahora toca afinar motores. Lo importante empieza en breve. La derrota, aunque duele, sirve de recordatorio: en el camino al ascenso, nadie regala nada. Pero este Sant Antoni ha demostrado que no está aquí de paso. Es un proyecto serio, rocoso y con hambre. Y lo mejor está por venir.

Ficha técnica:

 Palmer Basket Mallorca Palma (22+13+17+16): A. Chapela (3), A. Urdiain (9), Y. Traore (4), A. Comendador (12), C. J. Easly (9) -equipo inicial-. A. Scariolo (10), S. Niang (2), M. Servera (2), J. Feliu (12) y D. Pa Mor (5).

Class Bàsquet Sant Antoni (15+15+8+19): G. Gantt (5), L. Smith (11), A. Llorca (4), D. De la Rúa (6) y E. Arqués (14) -equipo inicial-. I. Mayo (15), S. Taiwo (2), J. Peres, J. Rodríguez y J. Zidek.

Árbitros: Israel Chacón Blázquez y José Sánchez Jiménez. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la 24ª jornada del grupo Este de la Segunda FEB, disputado en el Pabellón de Son Moix.

La Peña roza el adiós mientras la SD Ibiza se acerca al cielo

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La jornada dejó dos caras bien distintas para el fútbol ibicenco en Segunda RFEF. En Santa Eulària, la Peña Deportiva volvió a quedarse a medias: un penalti transformado por Barroso en el último suspiro firmó un empate (2-2) ante el potente Sant Andreu que sirve de poco cuando el descenso ya respira en la nuca. Nueve puntos separan al equipo del playout con solo 12 por jugarse. La salvación es matemática, pero ya no parece real.

El equipo de Raúl Garrido compitió con orgullo. Larry adelantó a los locales con una gran volea tras el descanso, pero el visitante Lucas Viña, imparable, volteó el marcador con un doblete. La Peña no dejó de intentarlo, aunque sin fe ni claridad. Solo un penalti en el último suspiro evitó la derrota, pero no el sabor amargo de un futuro que ya parece escrito.

La alegría, sin embargo, se trasladó a Valencia. La SD Ibiza sumó su cuarta victoria consecutiva (1-2) ante el filial ché y da un salto enorme hacia la permanencia. Goles de Pochettino y Riquelme, y una dinámica positiva que invita incluso a soñar con el play-off. Dos equipos, dos destinos opuestos. La Peña se hunde, la SD Ibiza vuela.

0-0. Un empate que duele: el Ibiza sigue sin despegar en el momento clave

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En Can Misses, este domingo no se habló de justicia. Porque en el fútbol, a veces, hacer más no basta. La UD Ibiza firmó un empate sin goles frente al Real Madrid Castilla que supo a derrota. No porque el rival no mereciera el punto, sino porque los de Paco Jémez, especialmente en la segunda mitad, lo tuvieron todo para ganar… menos el gol.

El partido fue una montaña rusa de sensaciones. Y de frustraciones. Con este nuevo tropiezo, ya van cuatro jornadas sin celebrar una victoria, una sequía que comienza a dejar secuelas tanto en la tabla como en la moral. El líder, el Ceuta, ya se escapa a cuatro puntos, y las dudas —esas que parecían enterradas hace semanas— han vuelto a instalarse en la isla.

El inicio fue parejo, con dos equipos que no se guardaron nada. El Castilla, con ese descaro habitual de los filiales, plantó cara desde el primer minuto y encontró espacios con la velocidad de Víctor Muñoz por la izquierda. Bebé, por parte del Ibiza, fue el más activo en los compases iniciales, aunque el plan de Raúl funcionó y logró apagar su chispa con ayudas constantes y marcajes férreos.

Las primeras ocasiones llegaron tras el minuto 15, con un remate de Mo Dauda que no sorprendió al meta De Luis, y una jugada embarullada de Gallar que no llegó a buen puerto. No fue un vendaval, pero sí los primeros síntomas de que el equipo empezaba a morder.

Sin embargo, el Castilla respondió con peligro. Youssef obligó a una intervención brillante de Ramón Juan y por momentos el Ibiza pareció desorientado, como si el partido le pidiera algo más de lo que estaba dispuesto a ofrecer. El descanso llegó con empate, pero también con la sensación de que algo debía cambiar.

Y cambió. Jémez metió mano en el dibujo, apostó por una defensa de tres, carrileros con recorrido y dos puntas bien abiertos. El equipo respondió. El Ibiza salió en tromba, se adueñó del balón y empezó a empujar al Castilla hacia su área. Bebé rozó el gol con un disparo seco tras un córner. Luego Mo Dauda tuvo un mano a mano que se fue por centímetros. Y poco después, Astals firmó una jugada personal que mereció acabar en la red, pero se estrelló en la escuadra.

Fueron minutos de dominio absoluto. De fútbol con ritmo, con ambición. Pero también de ocasiones perdidas que, a estas alturas del campeonato, pesan más de la cuenta. Porque mientras el Ibiza perdonaba, el Castilla esperaba su oportunidad. Y casi la encuentra en un disparo de Ruiz que desvió Ramón Juan con ayuda del poste.

El partido entró entonces en esa fase caótica que tanto gusta al espectador pero desespera al técnico. Ida y vuelta, piernas cansadas, decisiones precipitadas. Gori, que entró con chispa, tuvo dos opciones clarísimas para deshacer el empate. Pero el balón, tozudo, no quiso entrar.

El pitido final fue un suspiro de frustración. No hubo reproches desde la grada, pero sí un silencio espeso, de esos que hablan sin necesidad de palabras. Porque el equipo lo intentó, lo buscó, lo mereció… pero no lo logró. Y en este tramo de la temporada, lo que no sumas hoy, lo puedes lamentar mañana.

La UD Ibiza sigue viva en la pelea, pero empieza a caminar por el alambre. Con el Ceuta escapado y los perseguidores apretando, cada punto cuenta. Y los que se escapan, como este, duelen el doble. No es momento de alarmas, pero sí de reflexión. Quedan jornadas por delante, pero también menos margen de error.

Hay que volver a ganar. Y pronto. Porque el ascenso no espera.

El Class, con el viento a favor, se lanza al asalto de Son Moix

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En el calendario de la Segunda FEB había una fecha marcada con subrayador rojo, mayúsculas y signos de exclamación: este domingo, en Son Moix, se juega un derbi balear con aroma de final anticipada. Allí se enfrentan Palmer Basket Mallorca y Class Bàsquet Sant Antoni, primero contra segundo, dos locomotoras sin freno que han arrasado a su paso por el grupo Este. Un duelo con historia reciente, presente vibrante y sabor a ascenso.

El Palmer, sólido líder y a un paso de proclamarse campeón de la fase regular, recibe a un Sant Antoni que llega encendido, con una racha de 15 victorias consecutivas y la moral por las nubes. Aunque el primer puesto se antoja complicado —los mallorquines tienen tres triunfos de ventaja a falta de tres jornadas—, en Sant Antoni no se resignan a mirar desde lejos la cima. Hay algo más que puntos en juego: hay orgullo, confianza, y una puesta a punto fina como una navaja suiza de cara al inminente play-off.

Los de David Barrio ya saben lo que es tumbar al Palmer. Lo hicieron en la primera vuelta en un partido de infarto que se resolvió en la prórroga. Y lo hicieron también en Copa. Pero hacerlo en Son Moix, con el rival oliendo la copa de campeón, es otra historia. Y esa es precisamente la película que los ‘portmanyins’ quieren reescribir: una hazaña épica en terreno enemigo que sirva de aviso para navegantes y de impulso anímico para lo que viene.

El reto no es pequeño. Enfrente está el equipo más rocoso del grupo, el que mejor rebotea, el que defiende con más orden y músculo. El Palmer no es un líder casual, es un bloque trabajado, maduro, con una identidad clara y un banquillo que saca petróleo de cada posesión. El contraste con el Sant Antoni, más suelto en ataque, más vertical, más chispeante, convierte este choque en una auténtica batalla de estilos. Puro baloncesto.

Será un partido de sensaciones más que de matemáticas. Aunque los números aún permiten soñar con el liderato, en Sant Antoni saben que lo verdaderamente importante empieza después. Este duelo es un termómetro ideal para medir el momento de forma, afinar detalles y, sobre todo, mantener la ola de buen juego y confianza que les ha llevado a firmar la mejor racha de victorias de toda la categoría.

En un pabellón que promete ambientazo, con cámaras de Canal FEB TV e IB3 encendidas y el baloncesto balear sacando pecho, el Class se lanza al asalto de Son Moix con la soltura del que ya ha hecho los deberes, pero con la ambición del que no se conforma. Pase lo que pase, los de la pitiusa mayor ya han mandado un mensaje claro: están listos para pelear por todo.

El derbi balear, además de una cita con la clasificación, es una celebración del buen baloncesto, del trabajo bien hecho y del orgullo de dos islas que este año han demostrado que también se juega a lo grande lejos de la península. Y en ese mapa, el Class Sant Antoni quiere seguir marcando territorio.

Zancadas que hacen historia: Deborah Samum rompe el crono en una Ibiza Media Maratón de récord

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La línea de meta ya se intuía desde la última curva. El aliento pesaba, las piernas gritaban, pero Deborah Samum no aflojó. Ni un segundo. Ni una zancada. Su llegada fue más que una victoria: fue un golpe en la mesa, una marca de fuego en la historia de la Ibiza Media Maratón. Paró el reloj en 1h10’33’’ y con ese registro firmó el nuevo récord femenino de la prueba y se metió en la sexta posición de la general. Como quien no se conforma con ganar su categoría y quiere dejar huella en toda la carrera.

Lo suyo fue un ejercicio de precisión y fortaleza. Ritmo constante, mirada al frente y un motor interno que no entiende de flaquezas. Cada kilómetro que pasaba, el público sentía que estaba presenciando algo especial. Y así fue. Lo que hizo Samum no fue solo correr: fue marcar un antes y un después en una prueba que está creciendo sin pausa.

Y mientras la keniana escribía su página dorada, El Hassan El Abbassi cumplía con lo que muchos esperaban: que fuera el más rápido de todos. Con 1h02’20’’ clavados, el corredor nacido en Marruecos cruzó la meta con la solvencia de quien sabe gestionar cada parcial. No hubo fuegos artificiales, ni ataques dramáticos, solo un ritmo letal desde el pistoletazo de salida. Corrió como si conociera cada centímetro del recorrido y lo hizo suyo.

Pero más allá de los nombres que suben al podio, hay otro dato que habla por sí solo: 3.600 corredores en total. Más del doble que el año pasado. Y no eran solo números: eran historias. Personas que se han preparado durante meses, que han madrugado para sumar kilómetros, que han renunciado a muchas cosas para cruzar esa meta. Gente de 35 países distintos, con un 90% de participación de fuera de Baleares, pero todos con el mismo objetivo: enfrentarse a sí mismos.

Cada dorsal escondía un reto personal. Algunos buscaban marca. Otros, simplemente llegar. Y todos compartieron algo que no se entrena: ese instante mágico en el que, pese al cansancio, sabes que lo vas a conseguir.

La Ibiza Media Maratón ya no es una promesa, es una realidad sólida. Se ha convertido en una cita señalada para quienes aman correr de verdad. Sin necesidad de fuegos de artificio, sin disfraces. Solo zapatillas, esfuerzo y corazón.

Y mientras el crono sigue marcando récords, lo que de verdad queda es eso: la emoción contenida antes del disparo, los aplausos en los últimos metros, las manos en las rodillas tras cruzar la línea… y la certeza de haberlo dado todo.

Raúl descubre la Ibiza más auténtica de la mano de Rafa Triguero

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En Ibiza pasan cosas bonitas. Y a veces, también inesperadas. Este sábado, la ciudad ha recibido a una leyenda del fútbol español con la naturalidad y el encanto de quien sabe que no hace falta alfombra roja para hacer sentir a alguien como en casa. Raúl González, el eterno ‘7’, ha aterrizado en la isla con motivo del partido que este domingo enfrentará al Real Madrid Castilla contra la UD Ibiza. Pero antes del fútbol, ha habido un rato para algo mucho más ibicenco: una charla tranquila, un detalle con historia, y esa hospitalidad que aquí se da sin esfuerzo.

El alcalde de Ibiza, Rafa Triguero, ha compartido un momento distendido con el entrenador madridista. Nada de discursos ni poses forzadas. Una conversación cercana, un paseo por la historia local, y un regalo: un libro sobre el patrimonio de la isla, de esos que invitan a mirar más allá del mar turquesa y las calas escondidas. Raúl lo ha recibido con interés, y con ese gesto amable que lo ha acompañado siempre, dentro y fuera del campo.

Hablaron de Ibiza, claro. De lo bien que se come, de lo mucho que hay por descubrir si uno se aleja un poco del tópico. Raúl ya conocía la isla —no es la primera vez que pisa tierra ibicenca— y dejó claro que no será la última. Le gusta venir con su familia, sin prisa, sin ruido. Y eso aquí se valora.

No todos los días se tiene al alcance a un icono del fútbol nacional. Pero Ibiza no se pone nerviosa. Aquí se recibe con una sonrisa, se regala un libro con cariño, y se invita a volver, sin agobios ni flashes. Porque el fútbol, más allá del marcador, también es esto: personas que se encuentran, momentos que no salen en las estadísticas.

Este domingo se juega un partido importante en Can Misses, sí. Pero el primer gol ya lo ha marcado Ibiza: el de saber estar, el de saber recibir, el de dejar huella sin estridencias. Y Raúl, que ha visto mucho mundo, lo ha notado. Aquí se viene una vez… y se vuelve siempre.

Jémez alza la voz: “Los finales de partido son un circo” y reclama más rigor arbitral ante el antijuego

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Paco Jémez, entrenador de la UD Ibiza, ha vuelto a alzar la voz contra una práctica que considera cada vez más habitual y nociva en el fútbol de Primera RFEF: las pérdidas de tiempo sistemáticas y la falta de reacción de los árbitros. En la antesala del partido ante el Real Madrid Castilla, el técnico celeste cargó con dureza contra la pasividad arbitral ante lo que califica como un “circo” en los minutos finales, con rivales que recurren a cualquier recurso para romper el ritmo del juego, desde calambres fingidos hasta pausas eternas para beber agua.

Jémez lamenta que, mientras su equipo intenta mantener la intensidad y la propuesta futbolística, los contrarios logren su objetivo ralentizando el partido sin consecuencias disciplinarias. Además, mostró su incomodidad por el elevado número de tarjetas que acumula la UD Ibiza en comparación con rivales que, según él, hacen más por frenar el fútbol que por jugarlo.

Más allá de la crítica, el técnico cordobés analizó al Real Madrid Castilla como un equipo ofensivo, dinámico y con calidad, que no vendrá a encerrarse en Can Misses. A pesar de las bajas de Davo, Domènech y Olabe, confirmó que Astals será titular en un encuentro que se presenta exigente y decisivo. Su mensaje, en el fondo, va más allá de una simple queja: es una llamada a preservar la esencia del juego frente al oportunismo de quien sólo busca arañar segundos.

Ibiza corre al ritmo del mundo: la Media Maratón 2025 rompe moldes antes de comenzar

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Hay eventos que hacen ruido al cruzar la línea de meta, y otros que ya levantan olas antes del pistoletazo de salida. La Ibiza Media Maratón 2025 pertenece, sin duda, a este segundo grupo. Con sus 3.600 corredores inscritos —más del doble que en 2024—, la prueba no solo ha pulverizado su propio récord, sino que se ha consagrado como una auténtica celebración global del running. Y todavía no ha empezado.

Este sábado 5 de abril, la isla será algo más que sol, calas y atardeceres épicos: será el punto de encuentro de atletas de élite, aficionados de medio mundo y una vibrante comunidad deportiva que ha convertido esta cita en un símbolo de inclusión, superación y espíritu internacional. Correr en Ibiza ya no es solo una opción; es una experiencia que todos quieren tachar de su lista.

De récord en récord… y tiro porque me toca
El crecimiento del evento impresiona. En un solo año ha pasado de 1.600 a 3.600 participantes. Pero más allá del número, hay un dato que habla por sí solo: el 57% de los inscritos vienen desde fuera de España, de hasta 35 países distintos. El 90% ni siquiera reside en Baleares. Es decir, vienen expresamente a correr. A disfrutar. A formar parte de algo grande.

Y si hablamos de grandeza, la figura de Elena Congost brilla con luz propia. Medallista de oro paralímpica en Río 2016, madre de cuatro, y ahora embajadora de esta edición, Congost vuelve a la competición tras una polémica descalificación en París 2024. Pero lejos de resentirse, ha hecho de este reto su bandera. Correrá junto a Dani Becerra, conocedor del terreno y alma atlética local, con la mirada puesta en una marca de 1h43m. Para ella, la carrera es mucho más que una meta: es el inicio de un camino hacia Los Ángeles 2028.

Su historia es, sin exagerar, una oda al esfuerzo silencioso. Ese que no siempre aparece en los titulares, pero que construye referentes. Congost no solo corre; inspira. Su presencia da sentido a un evento que presume de equilibrio de género (49% mujeres, 51% hombres) y diversidad en cada zancada.

El crono en el punto de mira
Pero si lo tuyo es la adrenalina pura del deporte de élite, aquí también hay carnaza. La línea de salida en Sant Josep acogerá a figuras del calibre de Hassan El Abbassi, con un estratosférico 59:27 en su historial, o Ahmed El Jaddar, quien firmó 1:00:40 en Barcelona. También repiten cracks como Mohamed El Ghazouany (1:02:40 en la IMM 2024) o Emmanuel Rotich, otro keniano que no baja del 1:01.

En categoría femenina, el listón no baja ni un milímetro. Las kenianas Nancy Jepleting (1:10:03) y Sumum Deborah (1:09:24) encabezan un pelotón dispuesto a volar sobre un recorrido diseñado para ello: rápido, atractivo, con el Mediterráneo como telón de fondo y final en el icónico Paseo de Vara de Rey. Aquí no se viene a trotar; se viene a volar.

Mucho más que una carrera
La Ibiza Media Maratón ha logrado algo que muy pocas competiciones consiguen: unir rendimiento y disfrute, élite y afición, deporte y promoción turística. Porque sí, también es eso. Ibiza ha dejado de ser solo un paraíso veraniego para convertirse en un destino deportivo de primer nivel. Y no es casualidad.

Detrás de este éxito hay una organización que se lo ha currado. Con el respaldo del Consell d’Eivissa, los ayuntamientos de Ibiza y Sant Josep, y un batallón de hasta 300 personas entre voluntarios, policías, protección civil y Guardia Civil, la IMM no deja cabos sueltos. No es solo una carrera, es una maquinaria perfectamente engrasada que mueve economía, proyecta imagen y emociona al que corre y al que anima.

El horizonte es largo… y prometedor
Como bien apuntó el Conseller Salvador Losa, la IMM ya no tiene techo. Desde que en 2019 fue elegida como una de las ocho pruebas deportivas de referencia por el Consell, su crecimiento ha sido vertiginoso. Ahora, en 2025, forma parte de un circuito que ya suma más de 30.000 participantes anuales en distintas competiciones. El futuro está en marcha, y va con dorsal.

Mientras tanto, en las calles de Ibiza ya se respira ese aroma a gran cita. A emoción contenida. A pulsaciones que empiezan a subir antes del primer kilómetro. Porque esta media maratón no solo se corre con las piernas. Se vive con el alma. Y este sábado, una isla entera correrá al ritmo del mundo.

Ibiza corre en casa: los trail runners locales tendrán su premio en el Campeonato de España de Sant Miquel

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Ibiza se prepara para vivir una jornada de montaña de esas que se recuerdan. Este domingo 13 de abril, el norte de la isla será el escenario del Campeonato de España de Trail Running, con salida y meta en el pintoresco Port de Sant Miquel. Pero más allá del nivel deportivo, que promete ser altísimo, hay un detalle que hará que la prueba tenga un sabor especial para los de casa: por primera vez, se reconocerá a los tres mejores corredores ibicencos —hombres y mujeres— en cada una de las tres distancias. Un pequeño gran gesto que pone en valor a quienes entrenan a diario por los mismos senderos que ahora acogerán a la élite del trail nacional.

La carrera, organizada por Trideporte con el apoyo del Ayuntamiento de Sant Joan, el Consell Insular y la Federación Española de Atletismo, no solo coronará a los nuevos campeones de España. También servirá de pasarela para que la comunidad local, muchas veces en la sombra, tenga su lugar en el podio. Porque el deporte no vive solo de figuras consagradas, sino también de la pasión silenciosa de quienes madrugan para correr antes de ir al trabajo, de quienes se conocen cada curva del Molar como la palma de su mano, o de quienes sueñan con llegar a meta mientras miran el mar desde un acantilado.

El circuito no es para principiantes. La prueba reina, de 27 kilómetros y 1.616 metros de desnivel, arranca a las 9.00 de la mañana. Treinta minutos después saldrá la intermedia de 13 kilómetros, con 644 metros de desnivel. Y a las 9.45 será el turno de la más corta, 8 kilómetros con 395 metros de ascenso acumulado. Todas ellas comparten un punto de partida mágico: Port de Sant Miquel. Desde allí, los corredores se adentrarán en una Ibiza que no siempre se ve en las postales: abrupta, salvaje, hermosa y dura.

Más allá de la exigencia física, el evento tiene un aliciente que lo eleva todavía más. Y es que servirá como prueba clasificatoria directa para el Campeonato del Mundo de Trail Running, que se celebrará en septiembre de 2025 en Canfranc. Eso significa que, además de pelear por el oro nacional, habrá quienes estén luchando por representar a España frente al planeta. Una motivación extra para quienes buscan ir más allá de sus propios límites.

La entrega de trofeos será a las 13.00 horas, con un momento reservado para los verdaderos protagonistas de la jornada: los trail runners de la isla. Esos que, sin necesidad de grandes focos, se han ganado con sudor y kilómetros su sitio en esta fiesta del deporte.

Este campeonato no será solo una carrera. Será una forma de celebrar el trail desde dentro, reconociendo a quienes lo viven desde siempre. Porque si hay algo que tienen las montañas de Ibiza, es que saben abrazar con fuerza a los suyos. Y este 13 de abril, lo harán más que nunca.

Ibiza pelea duro: la noche en que la jaula habla

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¿Qué tienen en común un samurái, un luchador de BJJ, un striker de Mataró y un campeón de Rumanía? La respuesta es más sencilla de lo que parece: FightSystem Ibiza 4, un evento que este sábado convertirá Can Guerxo en el epicentro insular de las artes marciales. Y no, no es exageración. Porque cuando se junta técnica, corazón y pasión por el deporte de contacto, el resultado es algo más que una simple velada: es una fiesta del combate.

No se trata solo de subir al ring o al tatami. Esto va de medirse con uno mismo, de enfrentarse al miedo escénico, de poner a prueba lo que se ha entrenado en silencio. Como bien dice Rafa Tur, organizador del evento y alma del Nirvana Fitness Center, “Aquí lo importante no es ganar, es que los chavales salgan con orgullo de lo que han hecho”. Y esa mentalidad lo impregna todo: desde la exhibición más estética hasta el último cruce de puños en el combate estelar.

El menú, por cierto, es tan variado como contundente. ¿Te apetece un poco de tradición? Ahí estará el Kendo, abriendo la tarde como un homenaje al espíritu marcial más puro. ¿Prefieres algo más pegado al suelo, con estrategia milimétrica y agarres imposibles? Tranquilo, el BJJ tiene su espacio reservado, con duelos entre representantes de Ibiza y Menorca. Técnica depurada, tensión silenciosa… y emoción en cada transición.

Pero no hay tiempo para parpadear. Las MMA amateur vienen con hambre, y los chicos del Training Unit Denia, escuela dirigida por el legendario David Trallero, aterrizan en la isla con ganas de espectáculo. ¿Quién impondrá su juego? ¿Será lucha, striking o sumisión relámpago? En el octógono, todo puede pasar.

Y luego llega la locura. Nueve combates de kickboxing amateur que prometen acción sin tregua, con atletas locales midiéndose contra lo mejorcito del panorama. El Team Eden de San Antonio, el FightSystem Ibiza, y hasta el club de Antonio Campoi, campeón de Europa, forman parte del cartel. Aquí los jab vuelan, las piernas pesan como martillos y el cardio se convierte en religión. ¿Hay algo más visceral que ver a un luchador darlo todo ante su gente?

Pero claro, todo camino lleva a su clímax. Y el de esta noche viene con nombre y apellido. Por un lado, Carlos Hernández Barbosa, campeón de España, tipo serio, peligroso, directo desde Barakaldo. Enfrente, Alejandro Oteo, del Team Asenov, que llega desde Mallorca con ganas de dejar huella. ¿Será un combate técnico o se irá todo al barro? El ring decidirá.

Y para los que creen que ya lo han visto todo, hay una joya más en la cartelera: el belga Kenny Dave frente al rumano Andrescu Alexandru, del mítico Team Stoica. Aquí no se trata solo de ganar. Aquí se juega el honor de equipos que representan lo mejor de Europa. Velocidad, precisión, experiencia… una tormenta de golpes bien tirados que dejará huella.

Ahora bien, FightSystem no olvida que el deporte también tiene un lado social. Por eso, el evento se alía con Ibiza IN, una asociación que trabaja por la inclusión de personas con diversidad funcional. Se sortearán premios que van desde tatuajes hasta entrenos gratis, porque como recuerda Rafa Tur, con la humildad que lo caracteriza, “el gimnasio es para todo el mundo. Aquí nadie sobra”.

Así que ya sabes. Este sábado no hay excusas. Can Guerxo será mucho más que un recinto deportivo: será un escenario donde la pasión se viste con guantes, donde los valores del tatami se mezclan con la emoción del público, y donde cada combate es una historia por contar.

¿Estás listo para vivirla desde la primera fila?

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