0-1. El derbi que tiñó de rojo el verde: El Portmany amarga la fiesta del 75 aniversario del Sant Jordi

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El Portmany celebra en el vestuario la victoria en el Kiko Serra. Foto: SD Portmany

El fútbol ibicenco vivió este sábado una nueva edición del apasionante derbi entre el Sant Jordi y el Portmany, dos históricos que volvieron a medir fuerzas en el Kiko Serra. El ambiente era de fiesta, con los verdinegros celebrando su 75 aniversario, pero la jornada terminó con sabor amargo para el equipo local, que sucumbió 0-1 ante un efectivo Portmany.

La única diana del encuentro llegó en el minuto 75, obra de Vaccarini, quien aprovechó un descuido defensivo tras el saque de una falta para perforar la portería rival. Fue un gol que desató la euforia en la hinchada visitante y que, al mismo tiempo, apagó la ilusión en una grada que había comenzado el día con optimismo y entusiasmo.

Desde el inicio, quedó claro que ambos equipos traían estrategias opuestas. El Portmany, dirigido por Vicente Román, apostó por un planteamiento sólido, con líneas compactas y una férrea disciplina táctica. Por su parte, el Sant Jordi, bajo las órdenes de Carlos Tomás, intentó imponer su juego ofensivo, buscando desequilibrar por bandas y generando opciones a balón parado.

Sin embargo, la solidez del conjunto portmanyista fue infranqueable. Con una defensa que parecía esculpida en piedra, el equipo visitante cerró todos los caminos hacia su portería. Los verdinegros lucharon con intensidad, pero sus esfuerzos se toparon una y otra vez con un muro que dejó a su afición suspirando por un gol que nunca llegó.

El encuentro parecía encaminado a un empate sin goles, pero todo cambió en el minuto 75. En una jugada que sintetizó lo que fue el partido, el Portmany aprovechó una acción de estrategia, a balón parado, para que Vaccarini, siempre atento, cabeceara un balón en el área y lo enviara al fondo de la red. Un instante de brillantez que definió el duelo y que puso en evidencia la falta de contundencia del Sant Jordi en las áreas.

Para el Sant Jordi, esta derrota supone un golpe anímico en un momento delicado de la temporada. Después de encadenar dos victorias consecutivas, el equipo acumula ahora dos derrotas seguidas, lo que complica sus aspiraciones de alejarse de los puestos peligrosos de la tabla. La falta de claridad en ataque y algunos errores puntuales en defensa están pasando factura a un equipo que necesita reencontrarse con su mejor versión.

Por su parte, el Portmany vuelve a sonreír tras el empate de la jornada anterior frente al Alcudia. Los tres puntos le permiten mantenerse en la zona templada de la clasificación y, más importante aún, recuperar sensaciones de cara a un tramo crucial de la temporada.

El calendario no da tregua. El Sant Jordi deberá viajar la próxima semana al campo del Binissalem con la presión de sumar algo positivo para evitar que los fantasmas del descenso se conviertan en una amenaza real. Mientras tanto, el Portmany recibirá al colista, el Migjorn, en un duelo que, sobre el papel, parece una oportunidad de oro para seguir escalando posiciones y consolidarse en la parte media de la tabla.

Más allá del resultado, este derbi confirmó una vez más que el fútbol ibicenco tiene en el Sant Jordi y el Portmany a dos de sus máximos exponentes. La intensidad del partido, el colorido en las gradas y la pasión que se vivió en el Kiko Serra dejaron claro que estos encuentros son algo más que tres puntos. Son historias que alimentan la rivalidad y que mantienen viva la llama de un fútbol que nunca deja de emocionar.

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