El Formentera volvió a quedarse corto en su intento de sumar tres puntos esta jornada tras empatar 1-1 ante el Constància. Aunque el punto obtenido es mejor que una derrota, el empate se siente como una oportunidad perdida para un equipo que quiere estar entre los mejores de la categoría. Bajo la dirección de Maikel Romero, el conjunto rojinegro sigue navegando por aguas turbulentas, acumulando una derrota y tres igualadas consecutivas que no hacen justicia a sus aspiraciones.
El encuentro en el Municipal de Sant Francesc arrancó con el pie derecho para los locales. Apenas habían transcurrido dos minutos cuando Busi se adelantó al marcador, desatando la euforia en las gradas. Fue un gol rápido, casi instantáneo, que parecía presagiar una mañana mágica para el Formentera. Sin embargo, la alegría resultó efímera. Solo once minutos después, el Constància respondió con contundencia a través de Miguel Buades, quien igualó el marcador, apagando el entusiasmo de los aficionados y dejando el partido en tablas mucho antes de llegar al descanso.
Con los dos goles en los primeros compases, el duelo parecía destinado a ser un espectáculo de ida y vuelta. Pero, a pesar de las buenas intenciones de ambos conjuntos, el ritmo del encuentro fue menguando. El Formentera intentó imponer su juego, pero le faltó chispa en los metros finales. Por su parte, el Constància, bien plantado, optó por neutralizar las acometidas locales mientras buscaba oportunidades al contragolpe. El marcador no se movió más.
La sensación de frustración es palpable. Tres puntos de doce posibles en las últimas cuatro jornadas dejan al Formentera en una situación incómoda, alejado de los primeros puestos de la clasificación. El equipo rojinegro tiene calidad en sus filas y una afición entregada, pero parece falto de ese toque definitivo que transforma los empates en victorias.
Ahora, el equipo mira hacia adelante con el Platges de Calvià en el horizonte. El próximo partido será crucial, no solo para sumar puntos, sino para recuperar la confianza y romper la dinámica de empates que amenaza con estancarlos. Maikel Romero y sus hombres tienen trabajo por delante si quieren convertir las buenas intenciones en resultados concretos. La temporada aún es joven, pero las oportunidades no esperan, y el Formentera necesita encontrar el camino cuanto antes si aspira a cumplir con sus objetivos.
Por ahora, los aficionados seguirán alentando con la esperanza de que la próxima jornada marque el comienzo de una racha victoriosa que devuelva al equipo a donde pertenece: compitiendo entre los grandes.