El Class Bàsquet Sant Antoni está de vuelta y, aunque su estreno en la Copa de España no terminó con una victoria, la derrota ante el HLA Alicante por 76-69 deja un sabor más dulce que amargo. ¿La razón? Los pitiusos, a pesar de estar aún ajustando su maquinaria, le plantaron cara a un equipo que juega en una categoría superior, y lo hicieron con una actitud que invita al optimismo.
Desde el primer minuto, el partido mostró el tipo de reto al que se enfrentaba el Sant Antoni. Un comienzo accidentado por problemas técnicos con los relojes de posesión puso a prueba la paciencia de todos, pero una vez arrancado el encuentro, fue como subirse a una montaña rusa. Los ibicencos, que llegaban a este partido con apenas una semana de entrenamientos en sus piernas, sorprendieron con un triple de Arqués que abrió el marcador. ¿Quién lo habría imaginado? Un espejismo, sí, pero por un instante, Sant Antoni iba al frente.
Sin embargo, el HLA Alicante pronto tomó el control. Un parcial de 17-8 en su favor dejó claro que los locales tenían las ideas más claras, y antes de que Sant Antoni pudiera responder, el marcador ya estaba en su contra. Las imprecisiones de ambos equipos se notaban, pero Alicante se mostraba más engrasado y certero desde la línea de tres. A pesar de todo, los de David Barrio no se vinieron abajo, y eso es precisamente lo que genera esperanza.
Si algo quedó claro, es que este equipo no se rinde. Gantt, el máximo anotador de Sant Antoni con 14 puntos, y Hayes, que aportó 11, fueron las luces de un equipo que todavía necesita tiempo para alcanzar su mejor versión. Con un 52-35 al descanso, parecía que el partido se escapaba, pero los ibicencos volvieron a la carga en la segunda mitad con ganas de demostrar que tenían más que ofrecer. El tercer cuarto fue una guerra de errores, con ambos equipos buscando encontrar su ritmo. Sant Antoni ganó el parcial por 7-12, un dato que podría pasar desapercibido, pero que muestra que la lucha estaba ahí.
El último cuarto fue, sin duda, el más emocionante. Con un triple de Gantt, el Sant Antoni se acercó a nueve puntos y por momentos pareció que la remontada era posible. Sin embargo, Alicante, que supo manejar su ventaja con la serenidad que da la experiencia en una categoría superior, volvió a apretar el acelerador y se escapó hasta el 73-55. Parecía el fin, pero los isleños decidieron no entregar el partido sin más. Con un empuje final, lograron maquillar el marcador y dejar el resultado en un más que digno 76-69.
¿Qué significa esto para el Sant Antoni? Mucho. No solo por la manera en que compitieron, sino porque es evidente que este equipo tiene algo especial. Faltos de ritmo, sí, pero con el carácter suficiente para seguir luchando hasta el final. La Copa de España es solo el comienzo, y si algo quedó claro es que los pitiusos tienen madera para pelear por sus objetivos esta temporada.
Con el liderazgo de Gantt en ataque y el potencial aún por explotar de jugadores como Hayes, este equipo está lejos de su techo. El trabajo sigue, pero después de lo visto en Alicante, una cosa está clara: Sant Antoni está listo para dar guerra. La derrota, aunque previsible, fue digna y llena de promesas. Y eso, a veces, vale más que cualquier victoria.