La Peña Deportiva alevín de primer año (sub-11) ha firmado una temporada de ensueño que quedará en los anales del fútbol base pitiuso. Este equipo, liderado por el estratega Ángel Portillo, no solo se ha coronado campeón de liga con 87 puntos, sino que lo ha hecho con un estilo arrollador. Con 13 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Puig d’en Valls, el equipo ha demostrado que su hambre de victoria es insaciable.
Los números hablan por sí solos: 29 victorias en 30 partidos y una única derrota, una hazaña que pocos equipos pueden presumir. Pero, si hay algo que realmente destaca de esta escuadra es su voracidad goleadora. ¡246 goles a favor y apenas 45 en contra! Estos chicos han mostrado una capacidad ofensiva y una solidez defensiva que ha dejado boquiabiertos a todos.
El muro infranqueable en la portería ha sido Austin, quien con sus reflejos felinos ha frustrado a los delanteros rivales en innumerables ocasiones. La línea defensiva, compuesta por Hugo, Marc, Adriano (primer capitán) y Gorka, ha sido casi impenetrable, formando un bloque sólido que ha dado mucha seguridad al equipo.
En el mediocampo, los magos de la creación han sido Mario (segundo capitán), Pablo, Adam, Max e Iñaki. Estos chicos han tejido las jugadas más vistosas, controlando el tempo del partido y siendo el motor del equipo. La creatividad y la visión de juego han sido su marca registrada, haciendo que cada partido fuese un espectáculo.
Y qué decir de los delanteros Ángel, Sergio e Iván, quienes han sido letales frente al arco rival. Estos goleadores han convertido cada oportunidad en una pesadilla para los porteros contrarios, demostrando una precisión y eficacia dignas de los grandes.
Los capitanes Adriano y Mario han sido verdaderos líderes, guiando al equipo con su ejemplo dentro y fuera del campo. Su capacidad para motivar a sus compañeros en los momentos más difíciles ha sido crucial para mantener la moral alta y el espíritu de lucha intacto.
La Peña Deportiva Alevín ha sido, sin duda, el equipo revelación de la temporada. Cada jugador ha aportado su granito de arena, y juntos han construido un colectivo que ha brillado con luz propia. Estos jóvenes talentos han mostrado que el futuro del fútbol está en buenas manos, y quién sabe, quizás algún día los veamos triunfando en ligas mayores.
Esta temporada quedará grabada en la memoria de todos los aficionados peñistas como un ejemplo de trabajo en equipo, esfuerzo y pasión por el fútbol. ¡Enhorabuena, campeones!