En una jornada que más parecía sacada de un videojuego de fútbol con los trucos activados, el CD Ibiza se lanzó a una fiesta de goles contra el Soller, dejando el marcador en un estrepitoso 0-7. Sí, has leído bien, ¡siete a cero! Y todo comenzó con Cruz, que abrió la lata en los primeros minutos como quien no quiere la cosa. Pero eso solo era el aperitivo.
Después del descanso, Núñez decidió que era su momento de brillar y metió dos golazos casi de taquito, poniendo el marcador en un cómodo 0-3. Y cuando el Soller pensaba que ya había tenido suficiente, llegó Bengoetxea diciendo “yo también quiero fiesta” y sumó otro al marcador. Pero la cosa no acabó ahí, porque Sánchez se apuntó con un doblete, como quien dice “¿por qué marcar uno cuando puedes marcar dos?”. Y para cerrar la tarde con broche de oro, Riquelme puso el 0-7 final, como diciendo “yo no me quedo sin bailar”.
Mientras tanto, en Sant Antoni, el Portmany volvió a saborear el dulce néctar de la victoria tras tres partidos de sequía, venciendo al Felanitx por 2-0. Reales fue el héroe del día con un doblete, demostrando que a veces dos es mejor que uno. Y como si la trama necesitara más drama, el Felanitx se quedó con diez por la expulsión de Beas, que vio dos amarillas en diez minutos, como quien dice “me voy antes de que termine la fiesta”.
En resumen, un fin de semana de esos que te hacen amar el fútbol, con goles para dar y regalar, y alguna que otra lección de cómo no sacarte dos amarillas en tiempo récord. ¡Ah, el hermoso caos del balompié!
