Esta jornada, el Class Sant Antoni experimentó un auténtico vaivén emocional en la cancha del CB L’Horta Godella, culminando en una derrota por 89-75 que podría describirse mejor como un viaje de Dr. Jekyll a Mr. Hyde en plena competición. Liderando el grupo Este de la LEB Plata, los isleños arrancaron con una actuación estelar en el primer cuarto, pero su rendimiento se tornó errático en los tres cuartos siguientes, lo que finalmente los llevó a sucumbir ante un rival en racha, sumando su séptima victoria consecutiva y demostrando ser uno de los equipos más formidables de la conferencia.
El conjunto dirigido por David Barrio enfrentó un revés inoportuno, mostrando una defensa que dejó mucho que desear y permitiendo que el equipo local desplegara sus alas. Además, la victoria del Odilo Cartagena sobre el Ibersol Tarragona por 73-86 relegó a los ibicencos al segundo puesto de la tabla, poniendo el liderato ahora fuera de su alcance directo.
Las ausencias de Magnus Mollgaard y Álex Llorca por lesiones pesaron sobre los hombros de los de Portmany, mientras que los jugadores menos habituales no lograron elevar su juego para defender la posición privilegiada del equipo. Con cuatro partidos cruciales por delante, el sueño del campeonato de división sigue vivo, aunque ahora depende de resultados ajenos.
Tras un primer cuarto para el recuerdo, donde el Sant Antoni dominó y cerró con una ventaja significativa (14-25), el equipo balear inicialmente dejó boquiabiertos a los valencianos. Sin embargo, el Godella no tardó en reaccionar, marcando el inicio del segundo cuarto con un parcial de 6-0 y apretando el marcador. Este cambio de ritmo forzó a Barrio a solicitar un tiempo muerto, un claro indicio de que la complacencia no tenía lugar en este encuentro.
A pesar de los esfuerzos valencianos por cerrar la brecha, liderados por puntos cruciales de su alineación, el Class Sant Antoni supo mantenerse a flote gracias a la destreza de De la Rúa, Da Silva y Grimau. Sin embargo, fue el sprint final antes del descanso, capitaneado por el equipo de Tomás Gustavo Lamas, lo que igualó las cosas, llevando el partido a un 38-40 en el intermedio.
El tercer cuarto vio cómo el Godella tomaba las riendas con una explosión ofensiva que dejó al Sant Antoni tambaleándose. A pesar de un valeroso intento de remontada por parte de los visitantes, el último cuarto confirmó la derrota de un Sant Antoni que, aunque esperaba resistir, terminó sufriendo un golpe doloroso tanto en el momento como en la manera en que se produjo. Este encuentro no solo fue un testimonio del incesante vaivén del baloncesto, sino también un recordatorio de que en este deporte, hasta los gigantes pueden caer.
