Víctor M. Victoria San Antonio cuenta las horas para el partido definitivo. Y es que el Portmany se encuentra a tan sólo noventa minutos de conseguir el ansiado ascenso a Tercera División. Un último rival a batir, el Rotlet Molinar mallorquín, este sábado a las 17 horas en el campo Municipal, con un igualado 1-1 en el marcador tras el partido de ida. Y una afición, la rojilla, que quiere jugar, otra vez, un papel fundamental para devolver a los portmanyistas al fútbol nacional tras más de una década alejado del mismo.
Porque si la temporada del grupo que entrena Carlos Marí ha sido sobresaliente, la de su hinchada bien podría recibir una matrícula de honor. La estampa de 2.000 aficionados llevando en volandas al equipo en la eliminatoria anterior, ante el Atlético Rafal, aún perdura en la retina de la junta directiva, el cuerpo técnico y los jugadores. Y todos quieren que, como mínimo, la atmósfera se repita para la trascendental cita del sábado.
Por ello, la directiva que preside Nacho Andrés se ha movilizado como nunca en pos de hacer un llamamiento a la afición. Redes sociales, carteles, fútbol base… Todos los cauces posibles han sido empleados para tal cometido. “Cuantos más seamos, mejor”, sentencia el dirigente, para agregar después: “necesitamos ese último apoyo, ese último aliento. La afición nos ha acompañado toda la temporada y estoy seguro de que volverá a hacerlo esta vez. Es importantísima para nosotros”.
En similares términos se expresa el preparador del plantel, Carlos Marí: “Durante el partido de este sábado habrá seguro momentos difíciles y la afición siempre nos da ese punto extra para superarlos. Si el campo presenta el aspecto del último partido (contra Atlético Rafal), es muy difícil que perdamos en casa. Contamos con su apoyo, claro que sí”.
El club ha barajado, incluso, la instalación de una grada supletoria, extremo que finalmente se ha descartado. Y es que en San Antonio esperan el apoyo también de otros habitantes de la isla. “A fin de cuentas, se trata de animar a los equipos ibicencos. Ya tuvimos la presencia de seguidores de otros municipios en el anterior partido y estoy seguro que esta vez será igual”, estima Nacho Andrés. “Hacemos un llamamiento a toda la isla para que venga y disfrute de esta fiesta del fútbol, su apoyo es muy valioso”, agrega Carlos Marí.
Para la trascendental cita, el equipo de San Antonio solamente sufre la baja del sancionado Manu Requena; el resto de efectivos están listos para vestirse de corto. El preparador Carlos Marí ve al equipo “muy bien, con muchas ganas de sacar esta final adelante. Los jugadores han demostrado que se crecen en situaciones difíciles, por lo que espero de ellos la mejor versión”.
Existe en las filas del Portmany un clima de convicción en la hazaña por la buena versión que ofreció el equipo en el partido de ida. “A pesar del penalti final, terminamos muy bien físicamente el partido de ida en Mallorca. Somos un equipo muy versátil y vamos a buscar la victoria desde el principio, sin especular”, apunta el propio preparador.
De la misma opinión es el defensa Joan Curuné: “Físicamente fuimos superiores en el segundo tiempo. Ellos son un equipo más veterano y la segunda parte fue nuestra. El gol del empate es un accidente. Con el apoyo de nuestro público no se nos puede escapar. Hay que salir a muerte desde el principio”.
Al igual que los altos estamentos de la entidad, el zaguero hace hincapié en lo importante que será la grada el sábado. “La afición está muy implicada desde el principio. Sabemos que es una final, ahora o nunca. Y les pedimos un último esfuerzo después de tanto tiempo esperando para regresar a Tercera División”.
El Rotlet Molinar se ha acogido a su derecho de solicitar un árbitro neutral, decisión que descartó el Portmany en su desplazamiento la semana pasada a Mallorca. Por tanto, será un colegiado menorquín el encargado de dirigir el encuentro. “Es una opción de la que disponían y lo respetamos. Nosotros no lo hicimos porque confiamos plenamente en el estamento arbitral. Allá ellos con sus pensamientos, nosotros ahora mismo solo tenemos en mente ganar”, comenta a este respecto el presidente portmanyista.
La trayectoria del Rotlet Molinar ha sido bastante más discreta lejos de su estadio que delante de su público. Nueve victorias, cinco empates y cinco derrotas, con 26 goles a favor y 20 en contra son los guarismos del equipo mallorquín cuando viste de visitante, si bien doblegó al Campos (1-2) en la primera eliminatoria de la fase de ascenso. El Portmany, por su parte, presenta un inmaculado currículum cuando pisa el verde como local: solo ha cedido un empate contra el Ciudad de Ibiza; el resto, triunfos.
Catorce años han pasado desde que la afición del Portmany vio su último partido de Tercera División. Fue en la temporada 2004/05 cuando se fraguó aquel fatídico descenso. Pocos podían imaginar entonces que el club pasaría tanto tiempo en categoría regional. Cinco tentativas en fase de ascenso durante casi tres lustros que terminaron en fracaso. ¿Será la sexta la definitiva? En San Antonio existe el firme convencimiento de que “esta vez, sí”.
Ascenso del juvenil
La fiesta en el Portmany puede ser redonda si equipo juvenil logra el ascenso a categoría nacional. Las jóvenes promesas portmanyistas disputarán a las 20 horas del sábado, después del partido del primer equipo, la última jornada liguera. Los rojillos, líderes con tres puntos de diferencia sobre la Penya Blanc i Blava, se enfrentan al Insular, equipo que ocupa la zona baja de la clasificación. Oportunidad de oro para lograr un segundo ascenso, símbolo inequívoco de la buena salud que muestra el club desde que entrara la nueva junta directiva hace ahora un año. Suerte para ambos.