Víctor M. Victoria Comienza la ansiada batalla por el ascenso. El Portmany arranca este sábado las 17:00 horas en Palma de Mallorca su lucha por subir a Tercera División con la disputa del duelo de ida ante el Atlético Rafal. Una eliminatoria de 180 minutos, de poder a poder y sin margen para el error, que el club de San Antonio y el pueblo viven con la máxima ilusión.
La directiva presidida por Nacho Andrés se marcó el verano pasado el reto de conseguir el ascenso en un plazo máximo de tres años y en su primer curso al timón de la nave la hazaña parece plausible. Después de trazar una temporada perfecta, con título de Liga y Copa, la entidad rojilla se ha ganado con merecimiento el derecho a regresar al fútbol nacional. Faltan por superar, en cualquier caso, los dos envites definitivos.
La primera piedra en el camino se llama Atlético Rafal, club que terminó clasificado en séptima posición en el grupo mallorquín de Regional Preferente. Los informes que estudia desde hace días el cuerpo técnico del Portmany hablan de un equipo rocoso, de fútbol directo y que basa buena parte de su potencial en su fortaleza como local, consecuencia de las pequeñas dimensiones de su terreno de juego.
Del total de 19 partidos disputados en su feudo, el Atlético Rafal solo ha caído derrotado en tres ocasiones y ha sumado once triunfos y cinco empates. Bartolomé Carmona y Monir Abdeselam son sus dos referentes, con 13 goles cada uno. Además, el equipo mallorquín, que dirige Jesús Pascual, logró el billete para el play off de ascenso en la última jornada gracias a su empate (2-2) en el feudo del ya campeón Andratx después de igualar dos goles en contra. El rival afronta la cita, por ello, en plena vorágine competitiva.
El primer objetivo del equipo de San Antonio debe ser adaptarse a las exigentes condiciones físicas que demanda el feudo mallorquín y no venirse abajo en caso de recibir un primer golpe. Se trata de una eliminatoria a doble partido y con valor doble de los goles a domicilio, circunstancias ambas que deben estar presente en la mente de los portmanyistas, máxime con el espectacular ambiente que se espera para el partido de vuelta dada la ilusión que se vive en la localidad ibicenca por ascender esta temporada.
El técnico portmanyista, Carlos Marí, tiene a toda la plantilla disponible a excepción del lesionado lateral Rubén. El goleador Roberto, auténtico referente ofensivo del equipo, se ha recuperado del golpe en el pie que sufrió en el último partido contra el Formentera B y que le obligó a retirarse por precaución. Su participación, por tanto, está asegurada.
El presidente Nacho Andrés celebró que el sorteo haya encuadrado a su equipo en la parte “más asequible” del cuadro, si bien mostró “mucha prudencia” porque “los equipos de Palma son siempre peligrosos”. En caso de eliminar al Atlético Rafal, el Portmany se enfrentará después al vencedor de la eliminatoria Rotlet Molinar-Campos, tercer y cuarto clasificado del grupo mallorquín, también con el factor campo a favor de los ibicencos.
“Va a ser una eliminatoria complicada porque ellos (At. Rafal) fueron capaces de empatar en casa del campeón en la última jornada. Su campo es muy pequeño, practican un juego muy directo, por lo que el cuerpo a cuerpo va a ser continuo”, ha asegurado el dirigente del Portmany, quien ha confirmado que una delegación de 30 personas se desplazará hasta Palma para insuflar ánimos a los jugadores.
Para el defensa Joan Curuné, imprescindible en el esquema táctico de Carlos Marí, la clave del duelo puede estar en el nivel de energía que muestre el equipo que lidera desde la retaguardia. “Hay que salir con la máxima intensidad desde el principio y adaptarnos pronto al terreno de juego. Ellos son fuertes en casa, practican un fútbol directo, con balones largos, tienen claro a lo que juegan. Si salimos atontados, lo podemos pagar caro”, advierte el jugador ibicenco.
El zaguero, además, hace hincapié en el aspecto psicológico que caracteriza este tipo de eliminatorias. “Hay que ser listos, tener cabeza y saber que son dos partidos, 180 minutos en total. En nuestra casa, con el apoyo de la afición, no hemos fallado en toda la temporada, hay que tenerlo en cuenta. No podemos perder la cabeza si nos marcan un gol. Marcar al menos un gol en su campo también sería muy importante”.
Máxima intensidad de inicio y ser fuertes mentalmente son, a juicio de Curuné, dos de los aspectos clave. El capitán Toni Ramírez confía en “lograr un resultado positivo” porque “en casa, con nuestra afición que está demostrando ser un auténtico jugador número 12, tenemos muchas posibilidades. Jugaremos en un campo pequeño, de moqueta antigua, va a ser una eliminatoria muy igualada”.
El número “10” rojillo recalca que “aunque en casa son un equipo fuerte, lejos de su campo sufren. Y nosotros en San Antonio nos sentimos muy arropados esta temporada. Vamos a intentar sacar un buen marcador, anotar fuera que cuenta doble e intentar devolver a este equipo donde se merece. Veo al equipo físicamente bien, sin problemas, casi toda la plantilla está disponible y muy ilusionada con este gran reto que tenemos por delante”.
El partido de vuelta se disputará finalmente el domingo 26 de mayo, si bien el horario está todavía pendiente de confirmar.
Se trata de la sexta tentativa por regresar a Tercera División que afronta el Portmany desde que sufriera, en la campaña 2004/05, el descanso de categoría. Las cinco últimas han acabado sin éxito. ¿Será esta la definitiva? La resolución, a partir del sábado a las 17 horas.
La foto que acompaña este artículo es de Sebastián Candela.