Víctor M. Victoria El Portmany luchará, por fin, por ascender a Tercera División. El equipo rojillo se ha proclamado campeón de la Preferente después de batir en Sant Antoni con autoridad al filial del Formentera (5-2). El equipo de Carlos Marí peleará, cinco años después de su última tentativa, por la meta que anhela desde hace tiempo, el salto de categoría, gracias a su ventaja de dos puntos en la clasificación final sobre el Ciudad de Ibiza, que ha solventado con un insuficiente triunfo su partido contra el Sant Jordi (3-2).
Plantilla, directiva y afición han celebrado por todo lo alto la consecución del título de campeón de grupo. La entidad que preside Nacho Andrés, que se ha estrenado esta temporada en el cargo, ha creado un clima de absoluta comunión entre todos los estamentos del club. Prueba de ellos es que más de medio millar de seguidores han arropado con cánticos y ánimos a los jugadores desde las gradas, en un ambiente más propio de categorías superiores. Fiesta por todo lo alto y máximo optimismo de cara al play off que comienza dentro de dos semanas.
Consciente de la trascendencia de la cita, el conjunto que dirige Carlos Marí ha salido con el cuchillo entre los dientes y muy pronto, al filo del minuto 2, el goleador Roberto ha puesto en ventaja al Portmany tras rematar a placer un centro de Fabián. En el 10, los locales ya ganaban 2-0 tras un tanto en propia meta de un defensor del Formentera B y antes del descanso, José Reyes, que había sustituido a Roberto, lesionado, ha anotado dos goles más.
Con un contundente 4-0 se ha llegado al descanso y el equipo local ha levantado el pie del acelerador con la intención de guardar fuerzas de cara al decisivo play off. El Formentera B ha adelantado líneas y ha conseguido recortar diferencias, pero un espectacular golpe franco de Toni Ramírez ha devuelto la distancia de cuatro goles en el marcador (5-1). El grito de guerra hacia la grada del capitán rojillo tras su magistral golpeo refleja el clima de euforia y optimismo que se respira este año en Sant Antoni en pos de conseguir regresar a Tercera División tras más de una década sin militar en la categoría. Aún hubo tiempo para otro tanto del Formentera B, que estableció el 5-2 definitivo.
Con el pitido final del árbitro Eric Juan Moreno se ha desatado la locura en el terreno de juego. Abrazos, gritos, champán y alguna lágrima de alegría se han sucedido sobre el tapete verde del Municipal sanantoniense, cuya afición ha brindado un enorme aplauso en reconocimiento a la sobresaliente temporada del equipo, que solo ha concedido dos empates en dieciséis partidos. Números casi perfectos que hacen pensar que este año, por fin, el Portmany puede recuperar su posición en Tercera División.
El estreno al frente del timón rojillo de Nacho Andrés ha sido inmejorable, pues se ha proclamado campeón de Regional Preferente en su primera temporada comandando la directiva. “Cuando entramos en el club, dijimos que queríamos hacer un proyecto de dos o tres años para subir a Tercera División. Pero hemos conseguido hacer un buen equipo, hemos trabajado muy bien y ahora nos merecemos luchar por ascender. Todo lo que llegue será casi un regalo”, ha afirmado con una amplia sonrisa en la boca y empapado en champán tras ser manteado por los jugadores.
“Hemos conseguido –ha añadido- un éxito rotundo, pero repito que nuestro proyecto son dos o tres años de lucha. Vamos a intentarlo, claro que sí, pero de no conseguirlo seguiremos luchando en futuras ocasiones”.
El dirigente, además, ha ensalzado la respuesta de la afición a lo largo de toda la temporada. “Está claro que Sant Antoni tiene ganas de fútbol, tiene ganas de ascenso, se lo merece. Se ha creado un ambiente de unión entre directiva, equipo y fútbol base y eso es muy importante para el futuro. Yo personalmente vengo de la base, he sido jugador, entrenador, coordinador, directivo y ahora presidente y sé que la principal masa social del club debe ser el fútbol base. Se tiene que involucrar con el equipo y creo que lo hemos conseguido”.
De “impecable” ha calificado la trayectoria del Portmany su técnico, Carlos Marí. “No hemos perdido ningún partido, hemos ganado la Copa y la Liga. Estamos muy felices por la directiva, los jugadores y sobre todo la afición; ya has visto cómo estaba hoy el campo, no había visto nada igual nunca en Preferente”. “Hemos salido –ha agregado- dispuestos a sentenciar rápido para evitar nervios y al descanso ya ganábamos 4-0, nos ha salido perfecto”.
El preparador rojillo se mostró optimista en la recuperación del goleador Roberto, quien se ha retirado en el minuto 22 de partido. “Ha realizado un mal gesto en el tobillo en un lanzamiento, espero que no sea nada grave. Tenemos una semana de parón y esperamos recuperar a algún jugador más que tenemos lesionado”. Sobre el estado de forma de la plantilla, Marí ha considerado que “el equipo está muy bien, tenemos un grupo fuerte, unido. Es una plantilla amplia. No hemos echado nunca de menos a nadie y el grupo está muy bien. Estamos mentalizados de que hemos llegado a un play off y tenemos que intentar subir”.
Toni Ramírez, capitán del equipo, ha subrayado por su parte que la plantilla “merecía” más que nadie este título por su excelsa trayectoria. “Llevábamos cinco años intentándolo, quedando segundos y, de verdad, creo que nos lo merecíamos, tanto el municipio como el Portmany. Llevamos toda la temporada trayendo mucha gente al campo; Sant Antoni tiene ganas de tener un equipo en Tercera División, se están haciendo las cosas muy bien y si remamos todos para el mismo sitio al final se conseguirá”.
El número 10 rojillo ve a la plantilla “con muchas ganas y muy motivada. Estamos ilusionados y vamos, por lo menos, a intentarlo. Hoy hemos intentado resolver el partido por la vía rápida porque sabíamos que el Ciudad de Ibiza podía ganar y complicarnos la cosa”. De cara al futuro play off considera que “en Mallorca siempre hay que intentar sacar un buen resultado e intentar rematar en casa ante nuestra afición”.
360 minutos separan al Portmany de la Tercera División. Dos eliminatorias a pecho descubierto, sin margen posible para el error. Dos batallas para regresar al lugar que, por historia y afición, bien se merece.
