El partido está a punto de comenzar cuando una sábana gigantesca se despliega sobre el sector de la grada de Can Misses donde animan los Corsarios. Se lee: “Vuestra lucha, nuestra gloria”. El lema va acompañado de un dibujo pirata. En el fondo norte del estadio se despliega otro tifo, más pequeño, pero venido de Murcia, con un mensaje parecido para el equipo visitante: “Vuestro escudo, nuestro orgullo”. El tamaño de los tifos anticipa la cantidad de fútbol que generará cada equipo durante los noventa minutos.
Sin embargo, las dos aficiones sufren por igual. La agonía va por fases. Cuando el Ibiza se pone 2-0, los doscientos pimentoneros que han cruzado el Mediterráneo se muerden las uñas. Cuando el Murcia se acerca en el marcador las otras 1.700 personas que han subido al campo se hacen cruces para que no llegue el empate. Las matemáticas no fallan: por la taquilla pasaron casi dos millares de espectadores. Es decir, se batió otro récord de asistencia. Con partidos como el de hoy, no será difícil seguir tapando el cemento de Can Misses. La épica justifica el pago de la entrada. Los goles, también.
El encuentro de hoy era clave para ponerle cara y juego a la media docena larga de refuerzos que ha traído el mes de enero. También, para encariñarse con futbolistas que apuntan a conectar con la afición. Uno de ellos es Jordi Sánchez, que, después de la batalla (sin ser agresivo, el partido tuvo momentos de intensidad y dureza), se retira de la cancha mientras parte del público corea un cántico que vale como carta de adopción: “Jordi és eivissenc!” Para hacer piña entre las viejas y nuevas caras que forman la plantilla, los futbolistas organizaron una cena de hermandad hace unos días. Lo cuenta Andrés Palop en la sala de prensa minutos después de que los periodistas escuchemos, desde allí mismo, a los jugadores celestes celebrar la victoria por todo lo alto en el vestuario. No es para menos. Hay partidos con aroma de final aunque estén enclavados en medio de un calendario de Liga. Hoy fue uno de ellos.
Los tres puntos son tres toneladas de ilusión para un equipo que, según Manuel Herrero, técnico del Murcia, tiene todas las armas para acabar la temporada en puestos de playoff. Para ello tendrá que volver con un resultado positivo de Huelva. De momento, eso sí, del Recreativo se prefiere hablar poco. “Dejadnos disfrutar un poco de esta victoria, ¿no?”, nos exige Jordi Sánchez cuando le preguntamos por el próximo rival en la zona mixta.
Palop sí que habló del futuro inmediato. “Será otro partido donde nos vuelvan a poner a prueba. Vienen con gran confianza y meterle cinco al UCAM indica que el Recre está en un gran momento. A los jugadores les motiva jugar en un campo como el Colombino. Hoy, en la segunda parte nos ha faltado un poco más de frescura, pero ajustaremos la maquinaria porque seguiremos sumando soldados para la batalla. Estoy muy agradecido a todos los futbolistas que se han marchado y, también, a los chicos del filial que han sabido rendir en Segunda B pese a competir en Regional. Ellos son los que nos han llevado hasta aquí, pero sí que es cierto que hemos mejorado con las incorporaciones. Ahora, cuando recuperemos a Armenteros y Fobi, para mí será un quebradero de cabeza hacer las convocatorias”. Palabra de míster.