Fue poco filial para tanto Ibiza. El Sevilla Atlético demostró en su visita a la isla que la cantera sevillista ha tenido tiempos mejores. Los locales se aprovecharon de la debilidad hispalense y suman tres puntos más sin derrochar esfuerzos. Es la cuarta victoria consecutiva en casa. El sexto partido seguido sin perder. Una progresión sin fisuras que está acercando a la conjunto celeste al playoff.
Sorprendió Palop con el sistema que dibujó en la pizarra. Núñez regresaba al equipo titular como centrocampista. La aparición del extremeño desplazó a Chavero a la banda izquierda, un lugar impropio para un futbolista de su naturaleza. El catalán necesita tocar el balón tanto como ahorrarse carreras de más. A los quince minutos, el técnico valenciano ya había reajustado las piezas: Chavero al centro y Cirio, hoy sí titular, cayendo a banda. Dijo adiós el Ibiza a la idea original de jugar con dos delanteros pero, al mismo tiempo, le abrió la puerta al desborde y la verticalidad.
El peligro no tardó en llegar. El sevillista Genaro salvó, de tacón, a los suyos. Una buena jugada de Rodado acabó en un chut potente de Javi Serra que batió al meta hispalense antes de rebotar en la bota de Genaro. Tres minutos después, el portero Javi Díaz atrapó un chut de Cirio, que recogió en carrera un pase aéreo que le sirvió Miguel Núñez desde el centro del campo. Javi Serra volvió a probar con un disparo desde la frontal que se fue alto (era el anticipo del golazo que marcaría en la segunda mitad) antes de que el dominio local lo culminara una acción desafortunada del Sevilla Atlético: Javi García, que jugó de carrilero en detrimento de Candelas, se internó por la banda izquierda y su centro lo transformó Berrocal involuntariamente en gol.
El tanto en propia puerta podría haber empujado a los ibicencos a cerrar el duelo. El filial no sacaba a relucir ni carácter ni calidad. Solo crecieron los andaluces cuando el Ibiza decidió menguar y replegarse en exceso. Pecó de reservón. Los últimos quince minutos del primer tiempo le dieron, por tanto, chance al Sevilla Atlético. Primero Curro probó con un disparo seco donde Lucas anduvo atento para acudir al primer palo y atrapar la pelota. Después, Casas –en dos ocasiones– rozó el empate. La mandó fuera en boca de gol por rematar un buen pase con el interior en vez de con la puntera. Luego quiso desquitarse convirtiendo en semivolea un pase de Juanpe. El cuero se fue lamiendo el palo derecho de Lucas y Can Misses respiró. Llegaba el descanso.
La reanudación trajo aburrimiento e imprecisiones por ambos lados. Ninguno de los dos equipos parecía demasiado interesado en atacar. El Ibiza amarraba un resultado demasiado corto. El Sevilla Atlético estaba más pendiente de que no le metieran el segundo que de lanzarse a igualar el electrónico. Ángel Rodado incrementó el ritmo con un eslalon que acabó con el mallorquín cayendo en plancha sobre la frontal y reclamando una supuesta falta que el colegiado no apreció. Los sevillanos avisaron con una libre directo y, segundos después, Chavero, Javi Serra y Rodado montaron una acción ofensiva preciosa en tres toques que acabó con un chut del ‘9’ celeste rebotando en un defensa. La ambición ibicenca duró unos minutos más. Javi García buscó la escuadra visitante, pero Díaz estuvo atento para evitar la sentencia. El finiquito lo firmó otro Javier, Serra, soltando un zambombazo con su pierna buena, la siniestra, que convirtió al meta sevillista en un espectador más del cuarto gol que marca el extremo esta temporada. No celebraba un tanto el valenciano desde la novena jornada, pero la diana le confirma como uno de los futbolistas más peligrosos de la plantilla. El único contratiempo al que se tuvo que enfrentar Andrés Palop en los últimos minutos fue un conato de tangana que se montó en el descuento después de que el sevillista Cera tumbara sobre el césped a Chavero con una fea entrada. Desde el banquillo ibicenco apaciguaron las emociones de los celestes para evitar tarjetas absurdas.
El Ibiza ha sacado catorce de los últimos dieciocho puntos que se han disputado. Carbón suficiente para alcanzar una velocidad de crucero que, ahora mismo, le da licencia al club de Amadeo Salvo para olvidarse del descenso que amenazó en el primer tercio de la Liga y empezar a soñar con el reto mayúsculo que se ha puesto este equipo: acabar la temporada lo más cerca posible del cuarto puesto. Y, en caso de asaltarlo, disputar una fase de ascenso a Segunda A que podría ser apoteósica.