Fenómeno extraño e inusual el que se dio en Santa Eulària en una tarde otoñal que poco invitaba a ir a ver un partido de fútbol de los que, a priori, “no importan”. Un “poltergeist”, decimos, por un motivo: vimos a un equipo pitiuso competir, hacerlo de veras, al máximo, en un partido de Copa RFEF, una circunstancia a lo que no estamos demasiado acostumbrados por estos lares. Esta competición, la llamada Copa del Rey “de los pobres”, que se sacó de la manga la Federación Española hace ya unos cuantos años, no hace tanto era más un estorbo que otra cosa para los equipos pitiusos, en especial para una Peña Deportiva curiosamente habitual del torneo. Pero ahora esta Peña es otra. Se ha disfrazado de Eddie Merckx, al que por algo apodaban el caníbal, y lo quiere todo. Cierto es que no pudo con un rival duro como el Llagostera, líder del potente grupo catalán de Tercera, pero no fue porque no lo intentó. Se partió la cara como en cualquier partido liguero y tuvo contra las cuerdas en la recta final al conjunto de la Costa Brava.
La buena marcha de la Peña en liga tuvo su recompensa en forma de una buena entrada para un partido que pillaba algo a contrapié, un miércoles a las 5 de la tarde y de una competición que muchos ni siquiera sabrían describir. Entre la grada, caras conocidas como por ejemplo la del técnico del Formentera, Iván Gómez, el otro gran dominador hasta ahora de la Liga autonómica. El valenciano no paró en ningún momento de tomar notas en su libreta, que tan buenos resultados le está dando con 8 triunfos seguidos en Liga.
Raúl Casañ, en parte por el hambre de competirlo todo, en parte porque tampoco tiene mucho más, alineó un once con bastantes habituales en liza. Eso sí, también dio minutos a los que menos tienen. Hombres como el capitán Raúl Gómez, hasta ahora prácticamente inédito, Luna, Marc Soldat o Adri Piñol fueron de la partida en un once con bajas importantes, como las de Andrada, Vidal, Fraile o Cristeto. Sí estaba, en cambio, Fran Núñez, ya de vuelta de su periplo con la selección dominicana. Curioso caso el del canario: ha pasado de quedar fuera de la lista en Segunda B domingo sí domingo también, a imprescindible. El fútbol y sus cosas.
En el bando gerundense, caras conocidas. Por ejemplo la de Moussa. El extremo ex de la UD Ibiza demostró que su velocidad sigue intacta y fue una pesadilla en los 45 minutos que estuvo en el verde. De sus botas salió mucho del peligro del Llagostera en el primer tiempo. Le acompañaba en punta Sergi Arimany, exfutbolista del Formentera en la era Elcacho. Y en el segundo tiempo también tuvo su ratito David Crespo, otro ex del Formentera que, curiosamente, apunto estuvo ahora hace año y poco de firmar con la Peña, club con el que llegó a hacer parte de la pretemporada.
El Llagostera empezó mejor. Tuvo dos acercamientos nada más comenzar, y al cuarto de hora un chute de Moussa que iba directo a la escuadra lo sacó bien Torres. En el córner posterior, el balón acabó estrellándose tras un rechace del meta en el poste de la portería de una Peña Deportiva a la que le costó mucho arrancar. La primera media hora fue absolutamente blaugrana, dando la sensación de que el líder del grupo catalán era superior al líder del grupo balear. Pero esa percepción duró 30 minutos. Fue con la primera ocasión peñista, una buena internada de David que acabó en un centro al rival, que los blancos despertaron. Poco a poco, el bloque pitiuso se desperezó y fue ganando metros. Esto nos llevó a que la calidad del espectáculo mejorara y se viera un buen partido de fútbol pese al 0-0.
En el segundo tiempo llegaron más ocasiones. Luna fregó el poste con un buen disparo. La entrada de Cristeto por Raúl Gomez dio una marcha más a los peñistas, pero también provocó un pequeño desajuste en la banda derecha que apunto estuvo de aprovechar el Llagostera con dos buenas ocasiones generadas precisamente por esa zona, ambas marradas por Mainau. Contra todo pronóstico, al ser un encuentro de Copa, las revoluciones fueron subiendo con el paso de los minutos y la recta final del choque se convirtió en un correcalles en el que pudo marcar cualquiera, pero dónde fue la Peña la que tuvo las mejores ocasiones. Entre Fran Núñez y Fraile tuvieron el gol, pero les faltó el acierto que sí encuentran domingo tras domingo. Al final, empate sin goles y todo por decidir en la vuelta en tierras catalanas. Pero el público que asistió se fue contento a casa. Vio una Peña ultracompetitiva y que dejó ver una buena cara ante un rival al que perfectamente se podría volver a encontrar en los play-offs de ascenso. El mensaje está enviado: esta Peña puede ganarle a cualquiera.