Había este mediodía expectación por saber si la buena racha unionista podía estirarse más y el ambiente futbolero que se está despertando poco a poco en Can Misses empieza a dejar imágenes dignas de haber aparecido en ‘Lo que el ojo no ve’ de los noventa. Esta mañana dos hombres veían el Ibiza-Don Benito detrás de la tapia del estadio. Uno había salido a pasear al perro y se había encontrado con el fútbol o el perro, quizás, fuera la excusa por si alguien le llamaba la atención por asomarse al fútbol de gorrilla. Su compañero, en cambio, se lo había montado de forma profesional: subido a un taburetillo de plástico disfrutaba de unas vistas nada desdeñables con los codos apoyados en la pared. No se celebraron goles más allá del muro porque los que se ahorraron la entrada vieron, desde lejos, que al Ibiza no le quedaban fondos en la cuenta corriente de la suerte.
“Ha sido un partido totalmente condicionado por el arbitraje. No hemos tenido fortuna: si revisas la expulsión no existe nada que la justifique. En el gol hay una mano clara que permite a Bernal rematar. El equipo ha buscado el empate con más corazón que cabeza. Me quedo con que, pede a jugar con uno menos, hemos intentado voltear el marcador hasta el último momento”, dijo Andrés Palop en rueda de prensa.
La cara feliz de la moneda era la de Juan García: su Don Benito respira después de pasar unas cuantas penurias en el primer tercio de liga: “Le damos muchísimo valor a la victoria. Ha llegado en un campo difícil y ante un rival que llegaba en muy buen momento. Estábamos cansados de que el otro fútbol nos castigase. Se nos han escapado varios partidos en los últimos momentos. Hoy lo hemos manejado bien. Nos cuesta mucho derroche físico que equipos con la calidad como el Ibiza no puedan tocar. El trabajo ha salido bien y por eso estoy feliz por los jugadores”.
Más risueño aún era el rostro de Pepe Bernal, que abrazó amigos, besó familiares y cogió niños en brazos. Solo le faltó subirse a un escenario para pronunciar un mitin para parecer un político en campaña. Pero él es más de hablar en el campo (ahí clavó su gol, el del triunfo, el segundo que mete con el Don Benito, el cuarto que marca en Segunda B), aunque en zona mixta no escondió que su partidazo tenía sabor especial. “El Ibiza no es mi club, pero el 18 de noviembre lo tenía marcado en el calendario porque iba a jugar delante de la familia y los amigos. Encima meter el gol de la victoria es un regalo increíble. El trabajo del equipo para mantener el 0-1 ha sido descomunal”, dijo el ex de Peña, Formentera o Sant Jordi.
Bernal habló con sonrisa de pillo, de quien sabe que ha desquiciado al rival con su fútbol pícaro. Miguel Núñez sufrió las consecuencias: “Son amarillas justas: unos árbitros te las pitan y otras no. La segunda me la ha sacado el jugador del Don Benito. Me he equivocado y pido perdón mi expulsión porque ha condicionado el desarrollo del partido”. No escondió tampoco el centrocampista extremeño del Ibiza el estado anímico del vestuario tras perder contra sus paisanos: “Estamos jodidos porque teníamos ilusión de ganar hoy por lo demostrado durante las cuatro últimas semanas”.
Con poco fútbol pero con coraje, el Ibiza trató de empatar. Los Corsarios despidieron a los futbolistas con una ovación de carácter motivador. Palop, después, se encargó de recordar que hay que seguir remando aunque no siempre se alcance la orilla: “En esta plantilla no se relaja nadie. Y si lo veis así me dais el toque a mí porque es mi responsabilidad que nadie se relaje. Vamos a seguir trabajando. Cuando hemos acumulado cuatro partidos con datos muy positivos, no hemos levantado la voz. Esta derrota nos va a unir para seguir adelante”.
“Adelante” significa Cartagonova, el estadio donde el Ibiza jugará el próximo domingo contra el Cartagena, sin duda, una de las referencias del grupo IV de Segunda B.