Sara Baras. Niña Pastori. Y Camarón de la Isla. Todos naturales de San Fernando, sin duda, una ciudad con salero. Poco de ese salero, de ese arte, se le contagió a una UD Ibiza que, con el paréntesis del triunfo ante el Recreativo en el debut de Palop hace 15 días, se encuentra en caída libre. El efecto Palop ha sido más gaseoso que otra cosa y el equipo “ñoñeó” a la antigua usanza en La Isla de San Fernando. ¿Qué es ñoñear? 78 minutos sin disparar a portería. Así, derrota justa la que se llevó de tierras gaditanas.
El técnico valenciano repitió la alineación de la derrota ante El Ejido, con la única novedad, obligada, de la inclusión en el eje de la zaga de Abel López (que no había disputado un solo minuto hasta ahora) por el lesionado Gonzalo. El resto, los mismos que cayeron siete días antes pero dejaron algún momento de buen fútbol para el optimismo pese a la dura derrota en Can Misses. Esto es, Javi García, Herrera, Javi Serra y Borriello para el ataque, con el ya recuperado Cirio esperando desde el banquillo.
Una vez más, un factor ajeno al juego apareció para influir: el viento. Soplaba fuerte en contra en la primera parte, en un estadio Iberoamericano 2010 que presentaba una floja entrada, con algo más de 1.000 espectadores. El San Fernando, empujado por la fuerza del dios Eolo, salió más enchufado y, tras avisar con tres lanzamientos de córner, a la primera clara dio en la diana. Pablo Sánchez se encontró un balón muerto en el área, su disparo lo sacó Fran Grima sobre la línea pero Pau Franch fusiló el rechace a la red. Sólo se habían jugado 9 minutos y el Ibiza se tambaleaba de nuevo.
La UD nunca supo gobernar el duelo. Intentó buscar a Chavero, para hacer nacer el juego en su chistera, pero no consiguió conectar al habilidoso centrocampista con sus hombres de ataque. Tan solo en una ocasión funcionó la idea ofensiva de Palop, pero la jugada, que acabó en gol de Javi Serra, fue anulada por fuera de juego. En Segunda B no hay VAR, así que nada que reclamar. Poco más ofreció un Ibiza triste, gris, superado por un San Fernando que, si grandes alardes, más allá de los detalles de calidad de su media punta Carri, era mejor. Eso sí, el conjunto gaditano se dejaba el alma en cada presión, en cada balón, ante unos futbolistas de la UD que, superados, daban la sensación de transitar por San Fernando como la canción, un ratito a pie y otro caminando. En esas, los gaditanos aprovecharon el viento para casi lograr el segundo de la nada, en un centro de Bruno que se envenenó para estrellarse contra el travesaño de Álex. Susto final antes del descanso.
Llegó el segundo tiempo y con él el ya tradicional deseo de que la cosa mejore. Pero no. 25 segundos se habían jugado y el San Fernando dio otro poste, en este caso un gran disparo de Pablo Sánchez que se topó con el larguero. El partido avanzó entre un salto de Borriello por aquí, una carrera de Cristian Herrera por allá, pero no había manera, ni con el viento a favor. Palop dio entrada a Cirio, pero tampoco resultó el invento. De hecho, fue el San Fernando quien gozó de dos ocasiones muy claras para sentenciar, ambas solventadas, ahora sí, por Álex.
Hubo hubo que esperar hasta el minuto 78 para que se produjera lo que parecía un milagro: el primer disparo del Ibiza. Fue Rodado, que había ingresado al terreno de juego sustituyendo a Herrera, quien se sacó un latigazo desde la media luna del área que se perdió fuera por poco. Esa jugada supuso un “click”, un “reset” en el equipo celeste, en San Fernando rojo, que, ahora sí, se lanzó al ataque. Fruto del dominio, un cabezazo de Iosu se marchó lamiendo el larguero y, justo después, Borriello tuvo el empate en sus botas en una acción en que su disparo a bocajarro se topó con una pierna rival. Fue entonces cuando el karma se le giró en contra a la UD, pues cuando por fin comenzaba a merecer empatar, en la contra del rechace al chut de italiano, el San Fernando mató el duelo con el 2 a 0, marcado por Manu Ramírez en una contra letal. Golpe duro, pero, en el global del partido, seguramente merecido.
Quedaban 6 minutos y el conjunto unionista poco podía hacer ya. Aún pudo reducir diferencias en una gran ocasión de Cirio que se topó contra el meta Gálvez, pero la suerte estaba echada. El pitido final supuso el final de un partido absolutamente olvidable, un nuevo pasito hacia el abismo. Precisamente el día en que el diario de más tirada nacional le dedicaba tres páginas, el proyecto de Amadeo Salvo se sumerge en la zona de descenso a Tercera. La carta entrenador ya ha sido usada. Habrá que esperar para ver a qué se agarra ahora el equipo. De momento, ha llegado Armenteros, que podría tener el próximo domingo, en casa ante el Marbella, la primera oportunidad para demostrar que aún puede guerrear. Su equipo lo va a agradecer.