Pablo Sierra del Sol/noudiari.es Quizás la mano inocente del sorteo saca la bola del Olot. O, tal vez, sale la papeleta del Olímpic de Xàtiva. También podría tocar la de los filiales de Atlético, Alavés o Betis. Y ninguno de los cinco sería moco de pavo. Pero a la Sociedad Deportiva Formentera le dará igual contra quién juegue en el playoff, si hacemos caso a las palabras de su entrenador, porque no cambiará el estilo de juego con el que ha conquistado el título liguero en el Grupo XI de la Tercera División. Tito García Sanjuán tiene claro que “además de ganar, hay que divertir al público”. Sanjuán es consciente de que ellos no son un equipo “directo y físico” y cree que mostrando su mejor juego se puede materializar el sueño del ascenso a Segunda B. Independientemente del rival que esté delante.
“Muchos se han asombrado de que en una categoría como en la que estamos, hayamos salido campeones con una propuesta alegre y queriendo jugar la pelota”, dice el míster aragonés. Para Sanjuán no hay más misterio que adaptarse “a las características de los futbolistas que se entrena”. Poseedor de una plantilla corta pero repleta de calidad, “sería absurdo cambiar el estilo para la eliminatoria directa del playoff”. “Una cosa es introducir algunos matices”, cuenta el entrenador del Formentera, “para no cometer errores, como cuando salimos demasiado abiertos a jugarle al Sevilla en la Copa del Rey, y otra pretender ser un equipo que no somos. En 36 jornadas que llevamos casi siempre hemos defendido el mismo planteamiento y, cuando lo hemos cambiado, como contra el Collerense, nos ha salido realmente mal”.
Asombroso balance goleador
Con 84 tantos a favor (25 marcados por Juan Antonio) y solo 16 en contra, los rojinegros son de largo el conjunto del grupo balear con mejor diferencia de goles. El carácter ofensivo que le ha contagiado Sanjuán a la plantilla que se ha confeccionado casi desde cero para encarar esta campaña es la principal diferencia respecto a los equipos que entrenó Luis Elcacho en Formentera. Sin ir más lejos el Formentera que quedó campeón en la 2014/2015 acabó la temporada con menos de la mitad de goles a favor que el actual, 41. Ese perfil atacante y la moral de un colectivo al que le cuesta rendirse hace mucho más peligroso en la fase de ascenso a un club que amenaza con paralizar la isla en las semanas que quedan para disputar esos dos partidos.
“Vamos a paladear hoy y mañana el título, porque es el fruto del trabajo de una temporada muy larga donde hemos tenido que levantarnos varias veces. El Poblense, la Peña y el Alcúdia nos han puesto las cosas muy difíciles y su rendimiento nos ha hecho mejores. Cuando perdimos contra la Peña en casa, parecía que estábamos muertos para ser campeones y supimos reponernos. Sé que va a haber euforia en la isla, pero intentaremos aislarnos lo mejor que podamos”, dice Sanjuán.
Mimar a los futbolistas tocados
Ahora, que el alirón ya está cantado, toca poner atención a los vídeos de los posibles adversarios, el último muro que separa al Formentera de una categoría de bronce que hace apenas una década era una quimera para un equipo acostumbrado a deambular por la parte baja de la Regional pitiusa. Para que estén a tope en esos 180 minutos de locura y pasión futbolísticas, Sanjuán mimará a los futbolistas más tocados físicamente de su plantilla (aunque avisa que el equipo competirá en las dos jornadas que quedan, contra Collerense y Santa Catalina, para elevar sus ya históricos 82 puntos) y esperará al refuerzo secreto de los rojinegros para la promoción: José Pose, “el alma” de un vestuario en el que lleva dos décadas.
El delegado está hospitalizado desde primeros de abril por culpa de una bacteria que ha obligado a los médicos a hacerle pruebas para descartar problemas más graves, pero aunque se perdió “un partido que le habría hecho mucha ilusión”, dice Sanjuán respecto al encuentro contra el Felanitx, estuvo muy presente en las declaraciones de unos jugadores que acabaron regando con cava las camisetas donde se leía el mensaje de ánimo que le prepararon a Pose.