Paco Natera Ángel Ramírez ha dejado de pertenecer a la disciplina de la Peña Deportiva, escuadra a la que llegó el pasado verano procedente del Xerez. La falta de oportunidades ha sido el principal motivo por el que el portero jerezano ha decidido poner punto y final a su etapa en Santa Eulalia cuando únicamente restan siete jornadas para el final del campeonato liguero. El lunes pasado, el arquero comunicó su intención de abandonar el equipo a los responsables de la dirección deportiva del club y se despidió del cuerpo técnico y de sus compañeros de vestuario.
Darlo todo en los entrenamientos y no jugar muchos domingos ha cansado a Ángel Ramírez, que tampoco se encontraba cómodo en el plantel. “La verdad es que no disfrutaba los minutos que creía que merecía. Además, tampoco me he sentido partícipe en el grupo, ni en las victorias ni en las derrotas; más que nada porque apenas he jugado, así que lo mejor, para no restar, ha sido dejarlo porque no era feliz”, ha afirmado el guardameta a Fútbol Pitiuso. “De momento, me dedicaré a la familia y a mi trabajo; no sé si seguiré jugando esta campaña”, ha añadido el andaluz, que desea lo mejor al que ha sido su equipo.
Sin duda alguna, la baja de Ángel Ramírez es un serio contratiempo para el técnico Dani Mori en el último y decisivo tramo de Liga. El mercado de fichajes está cerrado, por lo que la Peña se ve obligada a suplir su baja con los porteros del juvenil, equipo que se está jugando el ascenso a División de Honor. Torres, así pues, se queda como único guardameta del primer equipo y las convocatorias tendrán que completarse con alguno de los porteros del conjunto de Raúl Casañ porque la Peña no tiene filial. Una sanción o lesión de Torres obligaría al estratega asturiano a requerir para los partidos a dos cancerberos del plantel sub-18.