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Pablo Sierra del Sol/noudiari.es La Peña Deportiva ha salido esta tarde a espantar fantasmas recientes. El rival era propicio para recordar la lección de cómo se solucionan los partidos de casa por la vía rápida. Llegaba el Ferriolense a Santa Eulària con solamente trece futbolistas de la primera plantilla disponibles a enfrentarse contra unos peñistas que se han reforzado muy bien en el mercado invernal con el objetivo de mantener viva la llama del título de campeón de Tercera balear.

Pepe Bernal, uno de los recién llegados, tuvo un reestreno brillante en la Villa del Río. Este sevillano que se crió en Ibiza ya tuvo un paso por la Peña en la época de Ormaechea y ahora vuelve, a sus 24 años, más cuajado y mejor futbolista. Esta tarde, a su toque y cambio de ritmo añadió una capacidad de sacrificio que le pueden convertir en pieza clave para Dani Mori. El cierto modo, las rotaciones que el asuturiano reconoció en rueda de prensa que podrá hacer a partir de ahora ya han empezado oficiosamente. Hoy, Pando y Terán han partido desde el banquillo, y a Raúl Gómez y Ramiro se les dio descanso dejándoles fuera de la convocatoria.

Bernal, por su parte, se desfondó estando presente en partes muy diferentes de la cancha.Lo mismo estaba por delante de los centrales para cortar un pase, que hostigaba al rival en el costado derecho, por donde atacaba y defendía muy bien Winde, otro guerrillero, que llegaba a la zona de tres cuartos para morder la defensa de Son Ferriol. Un pase largo suyo habilitó a Piquero para abrir la cuenta. El cántabro definió a la perfección, con una sangre fría que no se calentó cuando antes del descanso recogió un taconazo de Ortiz para devolverle la bola en forma de asistencia de gol.

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El ‘9’ peñista parecía cerrar un encuentro que minutos antes había encarrilado Pau Pomer (gran testarazo el suyo tras un córner servido por Bernal) con el 2-0. La Peña no encandilaba, pero resultaba efectiva en un día azotado por el viento. La reanudación fue aburrida hasta que el árbitro se inventó un penalti en el área santaeulaliense que transformó Raúl Beneit.

La grada, sin embargo, tardaría unos minutos más en murmurar y la culpa la tuvo la mala suerte de Javi Gallardo. El lateral izquierdo estaba firmando un buen partido hasta que un golpeo de pelota de Pau Pomar, que despejaba un balón con el juego parado, le dio en plena cara. Gallardo siguió sobre el césped unos minutos más hasta que perdió el conocimiento. No era capaz de reconocer al árbitro ni de saber que estaba en Ibiza disputando un partio de balompié. Acompañado por Ana López, la fisio de la plantilla, se fue en ambulancia a Can Misses para pasar reconocimiento médico.

Dani Mori se había quedado sin cambios y los peñistas tuvieron que sufrir un poco en los doce minutos restantes. Moro estuvo atento y el marcador no se movió. A falta de un tercio de Liga por disputarse, la Peña inicia su reto de parecerse a su mejor versión esta campaña, la que encadenó seis triunfos seguidos.

ibizaeco

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