Paco Natera La irregular dinámica de resultados ha sido el lastre que ha acabado con el Sant Jordi descendido tras seis temporadas seguidas en Liga Nacional. La juventud e inexperencia de en la categoría tampoco ha ayudado y el conjunto de Lluis Tubau, pese a su entrega y compromiso, dice adiós con tristeza a un torneo balear que campañas atrás disfrutó con el juego de un plantel que apunto estuvo de ascender a División de Honor de la mano de Juanjo Cruz en la 2013-2014.
El proyecto deportivo que arrancó el pasado verano era ilusionante y el equipo, con muchos jugadores cadetes y juveniles de primer año, debía asentar las bases para intentar cotas mayores en las siguientes campañas. Pero, lamentablemente, el domingo pasado se fue todo al traste tras confirmarse la peor noticia que ha recibido la entidad durante los últimos años. Ahora, la hoja de ruta tendrá que modificarse y desde el club tendrán que trabajar mucho y bien para que el grupo juvenil regrese al campeonato autonómico cuanto antes.
Lluis Tubau asume con resignación la pérdida de la categoría y prefiere callarse la boca antes de dar su opinión acerca de otras circunstancias que han influido en la trayectoria del plantel esta temporada. “No es el momento de hablar ahora de ciertos temas porque no vienen a cuento”, señala el preparador, que analiza cuál ha sido la principal clave del fracaso del proyecto. “El equipo era muy joven y lo hemos pagado muy caro en un campeonato que ha exigido mucha competitividad y gol, algo que nos ha faltado”, afirma.
“Hicimos una primera vuelta muy buena y acabamos novenos y en la segunda, con tres puntos menos, estamos en el pozo”, resume el técnico. “Nos ha tocado a nosotros… y más ganando al Constància. Ha sido una pena porque se ha desarrollado un gran trabajo todos estos meses y la implicación de los jugadores ha sido máxima. Se ha construido un gran grupo humano”, destaca Lluis Tubau, que resalta, asimismo, “la importante evolución que han experimentado los chavales y el buen fútbol que se ha visto en ocasiones”.
El míster, pese a todo, hace una lectura positiva y afirma que en el vestuario verdinegro ha habido muy buen rollo jornada a jornada, a pesar de los malos resultados. “Nos lo hemos pasado muy bien y lo hemos dado todo hasta el final”, aclara el entrenador, que está muy orgulloso de la entrega de sus jugadores. “Los futbolistas lo han dado todo y cuando uno da lo máximo puede estar tranquilo y con la cabeza muy alta”, añade un Lluis Tubau que reitera la implicación de todos, jugadores y cuerpo técnico, “hasta el final”.
Sin lugar a dudas, el descenso del equipo ha frustrado todos los planes que tenía el club para el futuro. En este sentido, el técnico explica: “Si hubiésemos salido adelante, el proyecto que había preparado para el curso que viene era espectacular, con jugadores de segundo año curtidos en la categoría tras la experiencia de esta campaña, pero bueno… de nada sirve ya todo lo que se había programado”, reflexiona un Lluis Tubau, que prefiere quedarse con la “unión que ha habido en el vestuario”.
“Los jugadores lo han dado todo y no se les puede exigir más. Lo único felicitarles”, sostiene el entrenador de un grupo de jugadores que, según manifiesta Lluis Tubau “verán la luz al final del túnel porque seguirá saliendo el sol dentro de unos días, cuando haya pasado todo esto, y el fútbol volverá”. El técnico, además, aclara que “la experiencia negativa vivida les servirá a los futbolistas para que sigan creciendo y madurando en este deporte porque todavía son muy jóvenes”.