Cuando una camiseta de fútbol es algo más que una camiseta

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Miembros de la aldea de Magbonso portan un féretro con camisetas del conjunto vallisoletano / lainformacion.com
Miembros de la aldea de Magbonso portan un féretro con camisetas del conjunto vallisoletano / lainformacion.com

Ernesto González La imagen que encabeza estas líneas ya es de por sí sola impactante. Varios hombres con camisetas del Real Valladolid portan entre todos un pequeño y austero ataúd ante la atenta mirada de toda la población. Este entierro tiene lugar en la la aldea de Magbonso, en Sierra Leona, pero ¿por qué llevan camisetas de fútbol?, ¿por qué las llevan precisamente del Valladolid?, ¿y por qué en un acto de suma importancia social como es un entierro?

Para contestar a todas estas preguntas debemos remontarnos a 2004, cuando el misionero José Luis Garayoa, cura vallisoletano, no dudó en cambiar las aulas del colegio San Agustín de Valladolid por Sierra Leona, el país más afectado del mundo en cuanto a mortalidad infantil y en el que se respira miseria por los cuatro costados después de la guerra iniciada en 1999 y que todavía sigue pese a que intenten convencer de que la paz reina en el país.

José Luis nunca perdió el contacto con su colegio, quien se encarga de gestionar y coordinar todas las ayudas y envíos que se realizan a este país de África Occidental. Comida, productos básicos, libros, lápices… pero Garayoa quería ayudarles más en su día a día. En Sierra Leona, como en gran parte del mundo, hay una afición tremenda por el fútbol y este misionero quiso regalar a las gentes de su poblado camisetas del algún equipo, pero como él mismo reconoce en una entrevista alainformación.com “Conseguir una camiseta aquí a un precio razonable es imposible”, y más con los pocos medios que disponían.

Así que no se lo pensó dos veces y recurrió a su colegio, el San Agustín, los cuales mediaron con el Real Valladolid para ver si les podían echar una mano. El club pucelano no lo dudó y mandó 30 cajas con camisetas del equipo de la temporada 2007/08. José Luis fue de aldea en aldea repartiendo elásticas blanquivioletas y haciendo feliz a todas las personas que, además de lograr una prenda de ropa nueva, era de la ‘famosa’ liga española.

Lo curioso de esta historia comenzó cuando Garayoa recibió la noticia de que en un poblado cercano había muerto una niña de tres años por el impacto de un rayo. El misionero se desplazó hasta allí para el reconocimiento y, una vez corroboradas las causas de su fallecimiento, los hombres que se iban a encargar del entierro de la pequeña le pidieron permiso al padre para uniformarse, este se lo dió y cuál fue su sorpresa al verles a todos vestidos con las camisetas del Valladolid. “Además de la afición al fútbol, a esta gente no les sobra precisamente la ropa y decidieron adoptar estas camisetas como uniforme para momentos de gran importancia”, explica.

De esta forma, en esta aldea sierraleonesa las camisetas blanquivioletas significan algo más que una cierta afición por el fútbol y el Real Valladolid, son un uniforme, el único que tienen, para ocasiones que solemnes gracias al buen hacer de un misionero aficionado al fútbol que ha dedicado su vida a los más necesitados. Y es que, a veces, el fútbol es algo más que fútbol.

futbolprimera.es

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