noudiari.es El Formentera no pudo conseguir el ascenso a Segunda División B, pero los jugadores del equipo se van del Nuevo Pepico Amat con la cabeza bien alta y con la promesa de intentarlo de nuevo la próxima temporada. Pese a la decepción y a las lágrimas de muchos de los futbolistas, todos están de acuerdo: “Hay que seguir trabajando y el año que viene lo intentaremos de nuevo”.
“Ha sido una pena muy grande. Lo que ha hecho este equipo es increíble y hemos hecho méritos suficientes para conseguir el ascenso, aunque el Eldense también se lo merecía. Pero este equipo, que no está hecho de talonario y que ha sido humilde y que ha tenido mucha ilusión, se merecía algo más. Es una pena”, afirmaba, entre lágrimas, Ángel Rámirez, portero suplente. Albert Urrea, autor del único gol de su equipo, también opinaba lo mismo: “Es una lástima. Al final se nos ha escapado el sueño. Sin embargo, este resultado no empaña la gran temporada que ha hecho este equipo y, hasta el final, todos creíamos que podíamos conseguirlo”.
Uno de los protagonistas del partido fue Armando, cuya injusta expulsión en el minuto 74, con 2-1 en el marcador, ya puso el partido demasiado cuesta arriba para el Formentera. ”Es una lástima, porque lo teníamos todo a favor para poder conseguir el ascenso, pero el fútbol es así y quien perdona lo acaba pagando. En cuanto a la expulsión, me parece rara, porque ha sido sólo un toque y ya está. Yo voy corriendo y levanto la mano y el contrario se choca conmigo. Pero no me parece extraño y se venía venir, porque todo lo que tocaba me pitaba en contra. Pero hay que pasar página y seguir trabajando para la temporada que viene”, aseguró el centrocampista en declaraciones a Radio Illa.
Diego Romero, capitán del Formentera, aseguraba por su parte que el equipo se va con la conciencia tranquila. “Estamos muy tristes, pero nos hemos dejado todo en el campo y nos vamos vacíos. No ha podido ser pero tenemos la conciencia tranquila porque lo hemos hecho lo mejor que pudimos hasta el último momento”, señalaba el defensa. Mientras tanto, Marcos Contreras reconocía que “ha sido una oportunidad única, pero hoy no nos ha sonreído la suerte. Pero nos vamos con la cabeza bien alta y seguro que el año que viene lo intentaremos de nuevo”.
Los jugadores agradecieron a los cerca de un centenar de seguidores que viajaron con el equipo para vivir este momento histórico en el Nuevo Pepico Amat. No se logró el ascenso, pero los aficionados agradecieron con una ovación el esfuerzo y las ganas de unos futbolistas que lo dejaron todo en el campo y que han estado a sólo un paso de la gloria.