No todos los días se aplaude el esfuerzo lejos de los focos. Este lunes, el Consell Insular d’Eivissa abrió sus puertas para rendir homenaje a un grupo de deportistas que, con tesón y discreción, han llevado el nombre de la isla a lo más alto en competiciones nacionales e internacionales durante 2024. Un reconocimiento merecido que deja claro que el deporte ibicenco goza de una salud envidiable.
El presidente Vicent Marí y el conseller de Deportes Salvador Losa ejercieron de anfitriones en un acto sencillo, pero cargado de significado. No se trataba solo de repartir diplomas o entregar mochilas y banderas: era un momento para poner en valor tantas horas de sacrificio anónimo, tantos entrenamientos silenciosos que hoy tienen su recompensa.
Entre los homenajeados destacaron jóvenes talentos del bádminton como Sofía García Tur y Maria Tur Bonet, nombres que empiezan a sonar con fuerza en los circuitos nacionales. También recibieron su merecido aplauso Joan y Marc Guasch, cuyas distinciones fueron recogidas por su padre, símbolo de ese apoyo familiar tan vital en el mundo del deporte de base.
La variedad de disciplinas también dejó claro el eclecticismo del deporte pitiuso. Camila Guateima, luchadora incansable sobre el cuadrilátero, representó al boxeo con la firmeza que solo otorga el trabajo duro. Y Felipe González Gómez, en una demostración de que el talento no entiende de edades ni de modas, fue reconocido por su brillante trayectoria en el mundo del billar.
Cada uno de ellos recibió como recuerdo un diploma, una mochila y una bandera de Ibiza, que ondeará en sus futuras competiciones como símbolo de sus raíces y de un territorio que no olvida a quienes lo representan con orgullo.
Más allá de los premios, el encuentro sirvió para enviar un mensaje claro: Ibiza apuesta por sus deportistas, por quienes entienden que competir es también una forma de honrar a la isla. Porque no solo se gana en el podio; también en la perseverancia, en el compromiso y en el deseo de superación diaria que todos ellos encarnan.
Este homenaje, sencillo en su forma pero enorme en su significado, deja una fotografía que Ibiza debería guardar con cariño: la de una generación de deportistas que ya es presente, pero sobre todo, promete ser un futuro ilusionante.