El Portmany se plantó en Alcúdia con el cuchillo entre los dientes y se llevó un triunfo de los que valen doble: por el marcador y por lo anímico. Ganó 2-4, rompió una racha de cinco partidos sin hincarle el diente a nadie y, de paso, dejó la permanencia prácticamente encarrilada a falta de cuatro jornadas. Un triunfo con sabor a final, con nombre y apellidos: Jorge Beltrán. El ‘11’ rojillo firmó un hat-trick de matador y dejó claro que cuando está fino, el equipo respira otro aire.
Fue un partido de pico y pala, de pelear cada balón como si fuera el último, y el Portmany lo supo jugar como se juegan las finales: con cabeza fría y corazón caliente. No era un duelo más. Era el partido que podía marcar el punto de inflexión en una temporada donde han tocado más piedras que flores. Y esta vez salió cruz… para el Alcúdia.
El plan de Carlos Rico e Iván Granados, la pareja de técnicos que llegó hace cuatro jornadas, por fin dio frutos. El equipo salió enchufado, con las líneas juntas y los colmillos afilados. La presión fue alta, el ritmo, intenso, y la puntería, de las que no se ven todos los días. Jorge Beltrán se movió como pez en el agua dentro del área, aprovechó lo que tuvo y facturó tres goles que valen su peso en oro. El cuarto lo firmó Santi Rosa, que no quiso quedarse sin foto en la fiesta del gol.
Con esta victoria, el Portmany sube a los 36 puntos y mete nueve de colchón con respecto al descenso. Quedan 12 por jugarse, pero con esta dinámica, la salvación está más cerca que nunca. No es matemática, pero sí virtual. Y eso ya es un mundo después de semanas mirando de reojo la tabla.
Ahora toca saborear el triunfo, recuperar piernas y poner el foco en lo que viene: derbi en casa contra el Sant Jordi. Un partido de los que se marcan en rojo, con aroma a rivalidad y con más que tres puntos en juego. Será el momento de comprobar si este Portmany ha despertado de verdad o si lo de Alcúdia fue solo un espejismo.
Pero hoy, por lo pronto, toca disfrutar. Porque cuando el ’11’ está fino, la red se mueve. Y si la red se mueve, el Portmany sonríe. Ficha Técnica