De vuelta al show: el Class Sant Antoni se pone el mono de MVP y se marca un partidazo canalla en Sa Pedrera

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Dicen que después de una caída, lo importante es cómo te levantas. Y vaya si se levantó el Class Sant Antoni. Como si hubiera salido de un tiempo muerto con la mirada de Jordan, los de David Barrio firmaron una actuación con chulería, talento y ritmo de playoff. Resultado: victoria sin despeinarse ante el Homs UE Mataró (84-72), con el pabellón de Sa Pedrera haciendo la ola y Álex Llorca dominando la pista como si fuera su propio salón.

Había poco en juego en la tabla, pero mucho en el orgullo. Después del tropiezo contra el Palmer Basket Mallorca, tocaba resetear, ajustar el pick and roll mental y volver a meter el miedo en el cuerpo a los rivales de cara a los playoff. Misión cumplida. Los portmanyins no solo igualan su mejor marca histórica en la fase regular (19 victorias), sino que lo hacen con un partido que fue puro flow.

Primer cuarto: fuego desde la línea de tres. El partido empezó en modo tanteo, como dos boxeadores midiéndose el jab. Pero bastó una ráfaga de triples –cuatro seguidos como si repartieran caramelos en carnaval– para que el Sant Antoni dijera “esto es nuestro”. 28-13 tras el primer cuarto, y los de Mataró ya sabían que esa noche tocaría remar con el viento en contra.

Segundo acto: más triples, más ventaja. Con Gantt enchufado desde el 6,75 y Hayes sacando músculo en la pintura, los ibicencos no bajaron el pistón. Aunque Mataró tiró de pundonor con un Jordi Boix desatado (23 puntos), al descanso la cosa ya olía a sentencia: 42-34 y sensación de superioridad total.

Tercer cuarto: apisonadora pitiusa. Si alguien pensó en una remontada, el Sant Antoni lo aplastó sin piedad. En un tercer cuarto para enmarcar, los locales se pusieron a +30. ¡Sí, +30! Como si fueran los Warriors en sus buenos tiempos. Defensa sólida, transiciones veloces y un Llorca en modo comandante: 14 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias para firmar la tarjeta de MVP sin discusión.

Último cuarto: trámite y a pensar en lo gordo. Con todo hecho, los de Barrio bajaron el pistón. Mataró aprovechó para maquillar, sí, pero el resultado nunca peligró. La grada ya pensaba en lo que viene: el récord, los playoff y ese anhelo que suena cada vez más fuerte en la isla… el ascenso a Primera FEB.

Un proyecto que va lanzado. El crecimiento del Class Sant Antoni no es casualidad. Terceros en su primer año, cuartos el siguiente, segundos ahora… y con la mirada puesta más arriba. Esta victoria no solo suma, también manda un mensaje: este equipo va en serio. Hay bloque, hay talento, hay ambición. Y hay un capitán que lidera con el balón en las manos y el corazón en el escudo.

El siguiente reto: Salou. La vigésima está en juego en la pista del Salou. No será fácil, pero cuando este equipo juega con alegría, cabeza y descaro… son muy difíciles de parar. Porque el Sant Antoni no solo quiere ganar. Quiere dejar huella. Y si sigue así, que nadie dude que la isla puede volver a soñar en grande.

Porque aquí no se juega solo a baloncesto. Aquí se reparte magia.

Let’s go, portmanyins. La segunda ya es historia. Ahora, a por el ascenso.

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