Duster Hybrid en Ibiza: un todoterreno con alma eléctrica

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A veces el mejor plan es salir sin uno. Así lo hicimos en Fútbol Pitiuso, cuando nos subimos, gracias a la gentileza de Punicauto, concesionario oficial en Ibiza de Renault y Dacia, al nuevo Duster Hybrid 140 con la única intención de perdernos por Las Salinas y Sal Rossa. Sin prisa, sin mapas, sin expectativas… y con muchas ganas de descubrir si este nuevo Duster, ahora más ecológico y moderno, seguía teniendo ese espíritu de todoterreno sin corbata que tanto nos gusta.

La respuesta, por si hay impacientes, es sí. Pero lo interesante no es la conclusión, sino el camino. Y vaya camino.

La mañana arrancó con ese sol perezoso típico de abril en Ibiza. El Duster esperaba, recién lavado, con esa mezcla entre coche robusto y diseño afinado que ahora luce con más seguridad. No es que haya dejado de ser un coche humilde, pero se le nota más cómodo consigo mismo. Como quien se pone una camisa buena sin dejar de ser el mismo de siempre.

Lo arrancamos y… sorpresa: ni un ruido. El sistema híbrido entra en acción en modo eléctrico y te saca del aparcamiento como si fueras flotando. Extrañamente placentero. Es ese tipo de silencio que te hace bajar la radio para escuchar el mundo. Y ahí estaba Ibiza, despertando.

La primera parada fue en Las Salinas, un entorno natural que pide respeto y que, con un coche de combustión tradicional, casi da pena atravesar. Pero el Duster, en su versión híbrida, se mueve como si pidiera permiso. En tramos urbanos o a baja velocidad, va en eléctrico puro. Sin emisiones, sin gasolina, sin molestar. A nivel sensaciones, es como si Ibiza misma te dijera: “vale, puedes pasar”.

Cuando el camino se complica, el Duster se divierte
Tras la calma vino la tierra. Rumbo a Sal Rossa, nos adentramos en caminos de tierra, salpicados de charcos, arena y algún que otro bache de los que separan a los SUV de escaparate de los que valen para algo más. Y aquí, el Duster se quitó el traje ecológico y se puso las botas.

La suspensión tragona hizo que ni pestañeáramos al pasar por zonas que habrían puesto nervioso a más de un todoterreno de catálogo. La dirección se mantuvo firme, la altura al suelo ayudó a evitar roces, y el sistema híbrido se comportó con inteligencia: el motor térmico entraba solo cuando hacía falta, empujando con solvencia, mientras el sistema regenerativo recuperaba energía en las bajadas. Todo sin que tuviéramos que tocar un botón. Tecnología útil, sin postureo.

Y lo más bonito: hicimos todo eso gastando menos de 5,5 litros a los 100, con cero estrés y sin dejar un humo feo por el camino. Si esto no es evolución, no sé qué lo es.

Dentro, más coche de lo que esperas
Por dentro, el nuevo Duster no pretende competir con marcas premium, pero está muy por encima de lo que uno podría esperar de un coche con su precio. Los acabados han mejorado, el sistema multimedia va fluido y es compatible con todo lo que necesitas, y los asientos (¡gracias, Dacia!) no te dejan la espalda hecha polvo tras dos horas de ruta.

También hay detalles que demuestran que este coche está hecho para usarse de verdad: huecos donde deben estar, una guantera que no parece de juguete, y un maletero generoso que aguantó sin problema nuestras mochilas, equipo de vídeo y foto y hasta una neverita para el post-ruta.

El Dacia Duster Hybrid 140 no va de aparentar. Va de llegar. Y lo hace con una mezcla de eficiencia, sencillez y carácter que lo convierte en uno de esos coches que uno se imagina manteniendo durante años. No porque sea perfecto, sino porque es honesto. Porque sirve para ir al trabajo entre semana y escaparte a perderte el domingo. Porque lo arrancas sin pensar, pero te baja del coche con una sonrisa.

En Ibiza, entre salinas, tierra, caminos olvidados y playas escondidas, el nuevo Duster no solo pasó la prueba. Se ganó un lugar. Y en Fútbol Pitiuso lo decimos convencidos: no hace falta un coche caro para vivir una aventura. A veces, solo necesitas uno que esté dispuesto. Y este lo está.

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