Aunque el cielo estaba gris, la Marina de Santa Eulària brilló con luz propia este sábado por la mañana. ¿La razón? Más de 600 pequeños y pequeñas cracks del running tomaron la salida en la Santa Eulària Kids Run Caixabank, una carrera que no entiende de marcas ni podios… pero sí de sonrisas, emoción y muchas ganas de pasarlo en grande.
Con dorsales en el pecho, zapatillas listas y nervios de los buenos, los niños y niñas fueron saliendo en diferentes tandas según su edad. Desde los más chiquitines de la categoría Baby, que apenas daban sus primeros pasos sobre el asfalto, hasta los mayores de 11 y 12 años, todos completaron sus recorridos con una energía que ya querrían muchos atletas profesionales. Carreras de 250, 500, 1.000 o 1.500 metros, ¡da igual la distancia cuando corres con el corazón!
La jornada empezó con una salida muy especial: la de los niños y niñas de APNEEF, la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Eivissa y Formentera. Ellos fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a la mañana, demostrando que con ilusión y compañerismo no hay barreras que valgan. Cada paso suyo fue una lección para todos los presentes.
Y como en toda gran aventura, no podían faltar los héroes. El grandísimo Álex Roca, que corre con una parálisis cerebral del 76% y no se rinde nunca, estuvo animando a todos los peques con su ejemplo de superación. También estuvieron Jota, atleta invidente, y Mario, corredor sordo-ciego que participará en el maratón. Además, el olímpico Dani Mateo tampoco se lo quiso perder y se convirtió en el mayor fan de los niños durante toda la mañana.
Las carreras fueron una auténtica fiesta: padres animando a pleno pulmón, voluntarios repartiendo sonrisas y los niños cruzando la meta con los brazos en alto, como si acabaran de ganar los Juegos Olímpicos. Al llegar, todos recibieron su medalla de ‘finisher’, un premio más que merecido por el esfuerzo y las ganas que pusieron.
La Santa Eulària Kids Run Caixabank no es solo una carrera. Es un día para descubrir lo bonito que es el deporte, para aprender a correr en equipo, para hacer nuevos amigos y para demostrar que cada niño y cada niña tiene dentro un campeón. Porque aquí no se trata de ser el más rápido… sino de disfrutar el camino, pasarlo en grande y empezar a construir, paso a paso, un estilo de vida activo y saludable.
Así que ya lo sabéis: el año que viene, preparad las zapatillas, las ganas y esa sonrisa gigante… ¡porque en Santa Eulària, los mini runners mandan!