1-0. Victoria de peso y aliento de campeón: el Formentera mete presión con el Municipal como fortín

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Hay triunfos que valen más que tres puntos. Y el que ha firmado este domingo el Formentera en casa ante el Porreres entra de lleno en esa categoría. Fue un 1-0 que sabe a gloria, a paso firme hacia el objetivo, a autoridad de líder que no titubea. El gol tempranero de Losada, a los diez minutos de juego, sirvió para romper el hielo y dictar sentencia en un Municipal de Sant Francesc que volvió a rugir como en las grandes jornadas. Porque cuando el equipo empuja desde el césped y la grada responde con alma, se nota. Y mucho.

Los rojinegros no solo ganaron: convencieron. Con oficio, sin regalar nada y dejando claro que en estas últimas seis jornadas van con todo. El Porreres, rival correoso y de buen pie, no fue un convidado de piedra. Plantó batalla, apretó en algunos tramos y obligó a los locales a emplearse a fondo. Pero este Formentera tiene ese punto de madurez que diferencia a los equipos buenos de los equipos ganadores. No se descompone, no se asusta. Compite con el colmillo apretado y la mirada puesta en el ascenso directo a Segunda RFEF.

Con esta victoria, el equipo de Maikel Romero consolida su liderato con 56 puntos, manteniendo a raya al Poblense, que sigue segundo a dos unidades, y ampliando la brecha con la Penya Independent, tercera con 51. Una clasificación que refleja la regularidad de un bloque compacto, con las ideas claras y una columna vertebral sólida como una roca. Del portero al delantero, todos cumplen. Todos reman en la misma dirección.

Y si hay algo que alimenta las ilusiones del vestuario, es la comunión con la afición. La hinchada del Formentera está metida de lleno en la pelea. Lo del Municipal no es solo fútbol, es ambiente, es pasión, es ese aliento que convierte cada balón dividido en una guerra que vale una liga. Los cánticos, las bufandas al viento y ese empuje desde la grada son el motor invisible que empuja cuando las piernas pesan y el reloj aprieta. El “jugador número 12” está muy presente en Sant Francesc.

Lo que viene ahora no será un paseo. La visita al Constància en la próxima jornada será otra final más en este maratón donde cada punto es oro. El margen es corto y cualquier tropiezo puede costar caro. Pero este Formentera está enchufado. Tiene hambre, carácter y argumentos para pelear hasta el final por ese billete directo a Segunda RFEF. Y si siguen así, con solvencia atrás, pegada arriba y el Municipal como caldera, pocos apostarán en contra.

Porque este equipo no solo quiere subir. Quiere hacerlo a lo grande. Por la vía rápida, sin dramas. Con fútbol, con corazón, y con una isla entera empujando desde la grada.

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