Contra el viento y contra el crono: Cursa Patrimoni a ritmo de récord y con alma de fiesta runner

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En Ibiza, cuando sopla el viento, no hay peinado que aguante… pero tampoco hay runner que se frene. Y este sábado, en la Cursa Patrimoni 2025, ni el mismísimo Eolo pudo detener a una marea de más de mil corredores que salieron con una consigna clara: correr hasta que las piernas digan basta, y el reloj, si se deja, también.

La jornada arrancó con ambiente de gran cita. De esas que huelen a Reflex, ilusión y dorsal bien prendido al pecho. En la línea de salida del 10K, los galgos se miraban de reojo, sabiendo que el circuito era de los que invitan a volar… pero con el viento en contra, la épica estaba servida.

Y ahí emergió Santiago Catrofe, el uruguayo que ya hace tiempo dejó de correr, porque lo suyo es directamente levitar. Paró el crono en 28:54, bajando de los 29 minutos como quien se quita una piedra de la zapatilla. Ni los zarpazos del viento ni los intentos de Sergio Jiménez y Pol Oriach por seguirle pudieron con él. El charrúa tenía un objetivo claro: dejar claro que Ibiza es tierra de ritmos infernales y atletas de élite.

Detrás, Sergio Jiménez, que venía con galones de aspirante serio, no pudo desplegar todo su potencial por unas molestias, pero defendió la plata con coraje (29:27). Y el joven Pol Oriach, más habituado a brillar bajo techo, demostró que en ruta también tiene pólvora en las piernas con un 30:05 que sabe a futuro prometedor.

Pero si hubo una que voló bajo radar y acabó reinando sin discusión fue María Forero. La onubense, con la mirada puesta en el récord sub23 de 10K, se topó con un vendaval que no firmaría ni un ultramaratoniano de montaña. Aun así, su 33:39 fue oro puro en un podio que compartió con dos auténticas gacelas como Laura Priego (33:58) y Lidia Campo (34:05). Forero no necesitó récords para confirmar lo evidente: está para lo que quiera.

En la categoría balear, las medallas también tuvieron nombre propio. David Palacio (30:11) y Andrea Romero (34:13) se enfundaron el maillot de campeones de las Islas con autoridad. Especial mención para Andrea, que corrió con la confianza de quien conoce cada recoveco del circuito y lo convirtió en su jardín particular.

Mientras tanto, en el 5K Toni Costa Balanzat, los cuchillos volaron. Carlos Merino y Christian Torres ofrecieron un sprint de los que quitan el hipo, con Merino llevándose la victoria por solo dos segundos (17:40). En chicas, Verónica Castro no dejó margen a la duda: lideró, controló y remató con un crono de 19:29 que le dio un triunfo sin discusión.

Y como colofón, los más peques tomaron el relevo en las carreras infantiles. Porque en esta Cursa Patrimoni no solo se corre por bajar marca, también se corre por herencia, por pasión, por ciudad. Es una cita que respira historia entre zapatillas voladoras y geles energéticos.

Ibiza ha hablado. La Cursa Patrimoni ya no es promesa, es realidad consagrada en el calendario runner nacional. Una de esas pruebas donde el crono se respeta, pero lo importante es correr con el corazón en la garganta y las piernas echando fuego. Con o sin viento. Porque cuando hay ganas, no hay ráfaga que detenga a un runner de verdad.

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