La UD Ibiza encara este domingo un duelo clave en el Rico Pérez con la necesidad de reconducir el rumbo tras dos jornadas en las que, más allá de los resultados, las sensaciones no han sido del todo positivas. El equipo celeste llega a Alicante con el objetivo de mantener el liderato, pero también con la intención de dejar atrás una dinámica marcada por expulsiones, decisiones arbitrales discutidas y cierta falta de acierto en los metros finales.
El rival no es cualquiera. El Hércules, aunque irregular, llega de ganar en un campo tan exigente como el del Ceuta y sabe que ante el líder tendrá una oportunidad de dar un golpe sobre la mesa. Paco Jémez es consciente del escenario que se presenta: un partido complicado, con un rival que buscará transiciones rápidas y aprovechar cualquier pérdida. Por ello, el técnico insiste en la importancia de controlar bien el balón y minimizar los errores en zonas comprometidas.
Más allá del análisis táctico, en el entorno del Ibiza sigue pesando la sensación de agravio por el criterio arbitral en las últimas jornadas. Dos expulsiones consecutivas —la última, la de Monju frente al Intercity— han condicionado los partidos y han generado cierta frustración en el cuerpo técnico. Jémez no ha ocultado su malestar, pero ha optado por centrarse en lo que depende del equipo: mejorar la gestión de los partidos y no permitir que situaciones externas marquen el desarrollo del juego.
En lo deportivo, el equipo afronta el duelo con bajas importantes. Davo sigue fuera por lesión, Jesús Álvarez no ha entrenado con el grupo, y Monju cumple sanción. Sin embargo, la vuelta de Dauda a la titularidad aporta profundidad ofensiva, mientras que Quique, que ha rendido bien en las últimas semanas, sigue siendo una alternativa de garantías.
A pesar de los últimos tropiezos, el Ibiza mantiene la primera posición y depende de sí mismo para lograr el objetivo. Quedan nueve jornadas por delante y la regularidad será clave en este tramo final. Jémez lo tiene claro: ni euforia cuando se gana, ni dramatismo cuando se pierde. El equilibrio será determinante para sostener la candidatura al ascenso.
Este domingo, más allá del resultado, será importante ver cómo responde el equipo tras una semana complicada. El Rico Pérez no será un campo fácil, pero el Ibiza ha demostrado durante la temporada que sabe competir en los escenarios exigentes. El reto está en volver a hacerlo con firmeza, personalidad y, sobre todo, once jugadores sobre el césped hasta el pitido final.