Sant Antoni va lanzado: la victoria número 15 ya huele a récord y a ‘play-off’

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En Sa Pedrera no se habla de otra cosa: la racha sigue viva, el sueño está encendido y el Class Bàsquet Sant Antoni ya apunta sin titubeos hacia su decimoquinta victoria consecutiva. Este sábado, frente al Ibersol CB Tarragona, colista del grupo Este, los de David Barrio tienen una nueva cita con la historia… y con su gente.

El balón volará a las 19:30 horas, y aunque sobre el papel el choque parece desequilibrado, en la cancha nadie regala nada. Los de Ibiza están segundos, en velocidad de crucero hacia los ‘play-offs’, y se han ganado con sudor el título de equipo más en forma de toda la Segunda FEB. Pero el duelo, según avisa el cuerpo técnico, es de esos que vienen con trampa escondida bajo la pintura.

Porque, aunque Tarragona aparece como farolillo rojo, lo cierto es que ahora juega sin presión, suelto, rápido y con descaro. Lo demuestra su reciente victoria ante Gran Canaria B, en un tiroteo ofensivo que hizo saltar chispas del marcador. Y ojo: su norteamericano Alec Jordan Plitzuweit fue MVP de la jornada. Ahí es nada.

Pero si alguien ha aprendido a convivir con la exigencia y a mantener los pies en el suelo es este Sant Antoni. El bloque balear carbura como un reloj suizo: defensa intensa, circulación fluida y una rotación que aporta en todos los frentes. Barrio ha moldeado un grupo que gana y convence. Y lo hace con una afición entregada, que ya sueña con un ascenso que el año pasado se escapó entre los dedos.

Mientras tanto, el líder, Palmer Basket Mallorca, viaja a Gran Canaria con un ojo de reojo desde Ibiza. Dos victorias de diferencia y un partido menos para los mallorquines mantienen viva la esperanza de alcanzar la primera plaza. Pero en Sa Pedrera no quieren distracciones. Primero, Tarragona. Luego, ya se verá.

El técnico lo tiene claro: respeto al rival, control del rebote, cabeza fría y manos calientes. Porque el partido se puede ganar en los detalles, y porque ya en la ida el Ibersol dio más de un susto. Con jugadores como Ndour en la pintura, el talentoso base Josep Cera en la dirección y un veterano como Joan Pardina, curtido en mil batallas, los catalanes no vendrán a Ibiza de excursión.

El Class, con un balance de 17-5, se encuentra en ese punto dulce donde todo parece fluir. Pero no hay lugar para la relajación. Una victoria más sería mucho más que una estadística: sería un paso de gigante hacia el objetivo y un golpe sobre la mesa en la liga. La decimoquinta no es una más. Es una declaración de intenciones.

Así que este sábado, en Sa Pedrera, más que un partido hay una promesa: baloncesto del bueno, pasión a raudales y un equipo que no se cansa de ganar. El espectáculo está servido.

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