¿Y si la racha sigue ardiendo en el infiernito de Benicarló?

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Trece victorias seguidas. Trece. ¿Quién se atreve ahora a ponerle techo al Class Bàsquet Sant Antoni? ¿Quién puede decir con seguridad que este equipo tiene límite? La máquina negra de David Barrio sigue a toda marcha y este domingo, a las 18h, se enfrenta a un nuevo examen de alta tensión: el Maderas Sorlí Benicarló espera con los brazos abiertos… y con las gradas rugiendo.

Y ojo, porque el Municipal de Benicarló no es una pista cualquiera. Es un hervidero. Es ese tipo de cancha donde el público no solo mira, participa. Grita, empuja, presiona. ¿Quién no ha sentido ese cosquilleo antes de salir a jugar en un lugar así? El infiernito, le llaman algunos. Y con razón. Allí, cada ataque se convierte en una batalla y cada defensa, en una declaración de intenciones.

Pero el Sant Antoni llega con la mochila llena de argumentos. ¿Confianza? A raudales. ¿Motivos para creer? También. No es casualidad que lleven una vuelta entera sin perder. No es casualidad que medio vestuario roce los dobles dígitos en valoración partido tras partido. Este equipo no depende de un héroe puntual, sino de una sinfonía coral donde todos suenan afinados. ¿Qué haces cuando no sabes a quién defender primero porque todos tienen peso específico?

Eso sí, el reto no es poca cosa. El Benicarló es séptimo, pero su plantilla tiene alma de top. Tiene a Libroia, un base de esos que manejan los tempos con maestría y te castigan al mínimo despiste. Tiene tiradores peligrosos como Ruesga o Palazuelos, y a un Aleix Haro en plena ebullición, que todavía deja buen recuerdo por Sant Antoni. ¿Y qué decir de su producción ofensiva? Más de 80 puntos por noche. Es un festival si les das espacio.

Pero también hay grietas. Porque este Benicarló encaja casi tanto como anota. Su aro tiembla más de lo que debería, y ahí puede estar la llave del partido. ¿Será capaz el Sant Antoni de exprimir esa debilidad? ¿Veremos una nueva exhibición colectiva como ante L’Horta Godella, donde el reparto de puntos y galones fue casi quirúrgico?

Quedan cinco jornadas de fase regular. El liderato aún parece lejano, sí, pero ¿quién dijo que soñar está prohibido? Mientras las matemáticas den margen, el Sant Antoni seguirá mirando hacia arriba. No hay otra. Pero para que el sueño se mantenga encendido, primero hay que pasar por el fuego de Benicarló.

¿Están preparados para seguir escribiendo historia?

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