La trampa del colista: la UD Ibiza no quiere sorpresas en Can Misses

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La cima siempre ofrece una vista privilegiada, pero también exige firmeza para no tambalearse. La UD Ibiza encara este domingo un duelo en apariencia desigual ante el colista Intercity con la premisa clara de que los puntos no se regalan y las trampas, a veces, se esconden en la zona baja de la tabla.

Paco Jémez lo sabe bien. El técnico celeste ha encendido todas las alarmas internas para evitar que la etiqueta de favorito adormezca a los suyos. Con el liderato en las manos y la ambición intacta, el equipo ibicenco afronta una jornada que podría parecer de trámite, pero que esconde el veneno típico de los partidos trampa: un rival acuciado por la necesidad, dispuesto a convertir su desesperación en arma de resistencia.

Tras un empate que puso fin a una racha de siete victorias, el Ibiza no ha perdido el pulso ni el ánimo. La moral en el vestuario sigue elevada, consciente de que cada paso en este tramo final de temporada se mide con precisión quirúrgica. No hay margen para tropezones. A estas alturas, cada error pesa el doble y cada victoria empuja más cerca del objetivo.

Más allá del rival, el verdadero enemigo para el cuadro ibicista puede estar en el reloj. Las constantes interrupciones, las pérdidas de tiempo deliberadas y la permisividad arbitral se han convertido en un obstáculo tan molesto como recurrente. Jémez ha alzado la voz en una crítica contundente contra el ritmo intermitente que ensucia los partidos. La falta de tiempo efectivo de juego no solo frustra al espectador, sino que castiga a los equipos valientes, los que buscan el gol en lugar de esconderlo.

El Ibiza, que ha hecho del control y la iniciativa sus señas de identidad, necesita romper pronto el cerrojo rival para evitar el juego trabado y el desgaste psicológico. Abrir el marcador temprano no solo desarma el plan del adversario, sino que libera espacios y facilita el despliegue ofensivo. Esa será la clave para que el partido no se convierta en una batalla de desgaste.

Con las bajas sensibles de Davo, Mo Dauda, Guillem y Jesús Álvarez, el once celeste presentará algunas novedades. Quique ocupará la delantera con la confianza del cuerpo técnico, mientras que Bebé, finalmente no convocado con su selección, seguirá siendo un arma diferencial en el frente ofensivo. Su presencia será vital para desequilibrar desde el costado.

La UD Ibiza afronta esta jornada con el reto de reafirmarse como líder sólido, pero también con la conciencia de que los puntos no se ganan con la clasificación en la mano, sino con intensidad, concentración y eficacia sobre el césped. El Intercity llega con urgencias y eso lo convierte en un oponente incómodo, de esos que no necesitan dominar para hacer daño.

En Can Misses no hay lugar para la confianza ciega. El liderato se construye también en partidos como este: sin glamour, pero con riesgo. Y ahí, precisamente, se mide la madurez de los equipos que aspiran a todo.

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