Riquelme rompe el derbi y la SD Ibiza pisa fuerte: 2-1 a una Peña que no levanta cabeza

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El derbi ibicenco se tiñó de rojo en un choque de alta tensión, con ritmo, nervio y momentos de puro fútbol. La SD Ibiza pegó en los momentos justos y se llevó un triunfo con aroma a despegue ante una Peña Deportiva que sigue sin carburar, incluso con nuevo míster en el banquillo, Raúl Garrido. El 2-1 final deja a los de Casañ con la permanencia más cerca y a los de Santa Eulària otra vez con cara de pocos amigos.

El arranque fue puro fuego. La SD salió a morder, apretando arriba, incomodando cada salida de balón y dejando claro desde el primer minuto que no iba a regalar ni medio metro. La Peña, con un once casi calcado al que venía utilizando Alberto Gallego, intentó sacar el balón jugado, pero se atragantó con la presión rojilla. Y en cuanto los locales olieron sangre, no perdonaron: robo en el medio, galopada de Juanca, asistencia medida y Riquelme fusila. Gol de manual. Vertical, directo, letal.

A partir de ahí, la Peña reaccionó con más empuje que fútbol. Se adueñó del balón, pisó campo rival, pero le faltaba chispa en los últimos metros. La circulación era lenta, previsible, sin colmillo. Aun así, consiguió meterse en el partido con una jugada de tiralíneas: Adrián la puso rasa desde la izquierda y Raúl, con sangre fría, empujó a la red para poner las tablas. El empate hizo justicia y encendió el derbi.

Antes del descanso, los locales rozaron el segundo. Cruz cazó un centro con un testarazo potente que acabó en la red, pero el linier levantó la bandera. Offside justo, pero acción de las que levantan al público.

Tras el paso por vestuarios, la SD Ibiza volvió a la carga. El equipo de Casañ salió con una marcha más, buscando profundidad por las bandas y metiendo balones al área con intención. El tridente Juanca–Riquelme–Nofre se convirtió en un quebradero de cabeza para la zaga visitante, que apenas lograba salir del encierro.

Pero cuando parecía que el partido entraba en tierra de nadie, la Peña soltó un aviso brutal: zapatazo lejano que se estrella en el larguero y hace temblar la portería de Perales. Fue el aviso que espabiló a los de Santa Eulària, que se vinieron arriba y coquetearon con el segundo. Quico rozó el gol con un cabezazo cruzado y Adrián tuvo el partido en sus botas, pero la mandó al travesaño con todo a favor.

Y entonces, cuando el guion parecía inclinarse hacia el lado visitante, apareció otra vez el de siempre: Riquelme. Contragolpe eléctrico, Juanca conduce, levanta la cabeza y le sirve un caramelo en la frontal. Y el ’10’ no perdona: volea perfecta, golazo y estallido en Can Misses 2. Gol de crack, gol de tres puntos, gol de derbi.

La Peña apretó en el tramo final con más corazón que fútbol. Incluso llegó a marcar, pero el árbitro anuló el tanto por falta previa. La SD Ibiza supo sufrir y cerrar el choque con oficio. Y todavía tuvo el tercero en una contra calcada al gol, pero Picón se interpuso justo a tiempo.

Final con sabor dulce para los rojillos, que se alejan del lío del descenso y cogen aire para lo que viene. La Peña, en cambio, vuelve a casa de vacío y con muchas tareas por hacer. Garrido tiene trabajo, pero también una plantilla que compite. Eso sí, en el fútbol los puntos mandan… y hoy, los que suman son los de rojo.

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