El cronómetro está a punto de activarse. El próximo 29 de marzo, Ibiza deja por un día su perfil más relajado para convertirse en terreno de fuego cruzado entre fuerza, velocidad y resistencia. Llega el DEKA Fit, y lo hace al aire libre, sobre el césped del campo de fútbol de Sant Agustí, donde los atletas no corren por una medalla… corren por demostrar de qué están hechos.
Nada de montañas ni barro. Aquí todo se reduce a potencia, técnica y control. Diez estaciones, mil metros de carrera intercalados, y un solo objetivo: darlo todo. El formato es claro, directo y brutal: DEKA Zone 1 a la 10, cada una diseñada para exprimir el cuerpo al límite. Remo, box jumps, ski erg, wall overs, lunges, air bike, med ball, dead ball carry… cada prueba tiene nombre propio y una misión: medir la capacidad real de cada competidor.
No hay sitio para esconderse. Todo se ve, todo se mide, todo se siente. Cada fallo cuesta segundos. Cada segundo puede ser la diferencia. Aquí no basta con estar fuerte: hay que ser eficiente, constante, mentalmente duro. Porque cuando las piernas arden, es la cabeza la que sigue empujando.
El DEKA Fit Ibiza va más allá de un simple evento. Es una llamada al alto rendimiento para todos los niveles. Tanto si vienes de box, de pista o del gimnasio, este circuito te pone en fila con atletas funcionales que no entienden de excusas. Aquí lo que cuenta es el trabajo, el ritmo y el compromiso con uno mismo.
El ambiente promete ser de alto voltaje. Música, speakers, competición cronometrada y ese gusanillo que solo se siente cuando estás a punto de arrancar una prueba de verdad. Sant Agustí se convierte en arena de esfuerzo, donde cada estación es un muro que se derriba a base de técnica y determinación.
Para quienes ya conocen el formato DEKA, no hace falta explicar nada. Para quienes llegan por primera vez, será un bautismo de fuego. Pero todos saldrán con la misma sensación: la de haber ido más allá del límite.
El 29 de marzo, Ibiza no suena a música. Suena a respiración entrecortada, a discos cayendo al suelo, a zapatillas golpeando el césped y a cuerpos empujando fuerte. Porque el fitness real no se grita… se demuestra.
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