Un empate cruel, dos derrotas amargas y un punto con sabor a esperanza

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El fin de semana dejó un regusto desigual para los representantes pitiusos en la Tercera RFEF, una jornada marcada por la tensión, los detalles y las emociones a flor de piel. Mientras el Formentera mantiene el pulso firme en lo más alto de la tabla, sus perseguidores y compañeros insulares vivieron capítulos dispares, entre la frustración, la impotencia y la resistencia a flaquear.

En Inca, la Penya Independent se topó con la cara menos amable del fútbol. El Constància, siempre correoso en su feudo, se impuso por la mínima gracias a un tanto quirúrgico de Mateo Ferrer justo antes del descanso. Un mazazo psicológico del que el cuadro de Ramiro González no supo reponerse, pese a mantener el pulso durante toda la segunda mitad. El equipo sigue anclado en la segunda posición, con 47 puntos en el zurrón. El liderato, eso sí, permanece a tiro: dos puntos separan a la Penya del Formentera, que resiste al frente con paso firme, aunque no exento de sobresaltos.

Y es que el conjunto rojinegro rozó el triunfo en Manacor, lo acarició con los dedos, pero se le escurrió en el último suspiro. El gol de Losada en el minuto 30 parecía encarrilar otra victoria estratégica para los de Maikel Romero, pero el fútbol, en ocasiones, tiene caprichos crueles. En el minuto 90, Fernando Alberto apareció para castigar un pequeño desajuste defensivo y firmar un empate con sabor amargo. Aun así, el Formentera sigue liderando con solidez y dejando claro que está dispuesto a pelear hasta el final.

Más complicada es la realidad que vive el Portmany, que volvió a tropezar en casa, esta vez ante un Poblense más eficaz que brillante. El penalti transformado por Daniel Nieto en el 58 dejó sin premio al cuadro de Sant Antoni, que no logra despegar del barro clasificatorio. Con 30 puntos y una decimotercera posición que coquetea peligrosamente con el abismo, el equipo necesita reencontrarse con su versión más competitiva si quiere alejar los fantasmas del descenso.

En esa misma pelea se encuentra el Sant Jordi, que rescató un punto valioso en su duelo ante el Campos. El gol de Gady en el 76 sirvió para igualar el marcador y mantener encendida la llama de la esperanza. Aún hay camino por recorrer, pero los verdinegros saben que cada jornada es una final, y cada punto puede marcar la diferencia. La salvación sigue a cuatro pasos, un margen exigente pero no insalvable.

Así se cerró un capítulo más en el vibrante libro de la Tercera RFEF, con los equipos pitiusos en diferentes trincheras, pero unidos por una misma lucha: la de sobrevivir, competir y soñar en una categoría que no perdona titubeos, pero premia a los valientes.

Resultados y clasificación

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