El fútbol no entiende de edades, y mucho menos cuando se juega con el alma. Este fin de semana, los veteranos del Formentera cambiaron la brisa mediterránea por el embrujo del Guadalquivir en una escapada a Sevilla que combinó turismo, compañerismo y, por supuesto, el incombustible amor por el balón. En la capital andaluza, además de disfrutar de sus calles y su gastronomía, los rojinegros se midieron a los veteranos del Real Betis en un encuentro donde la calidad y la deportividad fueron los verdaderos protagonistas.
Entre los formenterenses se reencontraron dos viejos conocidos del fútbol sevillano: Carlos Larra y Titi, jugadores que en su día defendieron el escudo del club pitiuso y que, en esta ocasión, volvieron a sentir la emoción de representar al Formentera, esta vez en su tierra natal. Su presencia en el equipo sumó calidad sobre el césped, pero también sirvió como nexo entre dos culturas futbolísticas marcadas por la pasión y el sentimiento de pertenencia.
El partido fue una auténtica exhibición de talento veterano. Porque, como bien dice el refrán, “quien tuvo, retuvo”. A pesar del paso de los años, los jugadores demostraron que la esencia nunca se pierde: controles de clase, pases medidos y esa visión de juego que solo da la experiencia. El marcador fue lo de menos en una jornada en la que reinó el buen ambiente y la camaradería entre dos equipos unidos por la admiración mutua y el respeto a la historia de sus respectivos clubes.
El viaje sirvió para reforzar la unión del grupo. Entre paseos por la Giralda, visitas a Triana y brindis con el mejor pescaíto frito, los veteranos del Formentera demostraron que su espíritu sigue intacto, tanto dentro como fuera del campo. Viejos rockeros que nunca mueren, embajadores de un fútbol auténtico que sigue vivo en cada encuentro.
El fútbol es mucho más que un juego, y los veteranos del Formentera lo han vuelto a demostrar en Sevilla. Una cita inolvidable que, sin duda, quedará grabada en la memoria de todos los que la vivieron.
