3-1. La Peña Deportiva renace en Santa Eulària: Remontada y un triunfo que devuelve la felicidad

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Los jugadores peñistas celebran en el vestuario la importante victoria lograda esta jornada. Foto: SCR Peña Deportiva

Había algo más que tres puntos en juego en el Municipal de Santa Eulària. La Peña Deportiva necesitaba mucho más que una victoria: necesitaba reencontrarse consigo misma. Y lo logró. Tras ocho jornadas sin saborear el triunfo, el conjunto ibicenco rompió su sequía con una remontada vibrante ante el Badalona Futur (3-1), en un partido que fue una auténtica metamorfosis futbolística entre la primera y la segunda parte.

El inicio del encuentro fue un espejo de las dudas acumuladas en las últimas semanas. Juego trabado, imprecisiones y un abuso del balón largo que contrastaba con aquel equipo que, meses atrás, brillaba por su fútbol asociativo y vertical. El miedo a cometer errores era palpable en ambos bandos, y las ocasiones brillaban por su ausencia. Hubo que esperar hasta el minuto 35 para ver un destello de intención ofensiva: Larry, en un alarde de recursos, intentó una chilena que se marchó desviada. Pero la respuesta del Badalona Futur fue letal y efectiva.

Apenas dos minutos después, Guille Andrés aprovechó un saque de esquina mal defendido para adelantar a los visitantes, aumentando la sensación de fragilidad en la zaga peñista. El golpe pudo haber sido definitivo, pero el fútbol es un juego de momentos, y justo antes del descanso, Larry apareció para rescatar a los suyos. Un taconazo de Quico dejó al delantero solo ante Yaro, y su definición precisa devolvió la esperanza al equipo justo cuando más lo necesitaba.

El paso por vestuarios fue un punto de inflexión. La entrada de Salinas aportó frescura y verticalidad, pero, sobre todo, la Peña volvió a reconocerse en su identidad. Y eso se notó desde el primer minuto de la reanudación. En el 51, Barroso sacó a relucir su calidad con un disparo teledirigido desde el vértice del área que se coló por la escuadra, firmando uno de esos goles que levantan a la afición de sus asientos. Era el 2-1, pero también era el aviso de que la Peña había vuelto.

El tercero llegó poco después, en el minuto 59, con el balón parado como aliado. Barroso puso un centro medido y Quico, en el segundo palo, conectó un cabezazo imparable para sentenciar el partido. A partir de ahí, la Peña se adueñó del encuentro con una autoridad que hacía tiempo no mostraba. La sensación era que el cuarto podía llegar en cualquier momento, mientras que el Badalona Futur se deshacía entre intentos estériles de reaccionar.

El tramo final sirvió para consolidar la confianza recuperada. La Peña controló el ritmo, defendiendo con solvencia y rozando la estética en algunas transiciones ofensivas. Cuando el árbitro señaló el final, no solo se certificó una victoria; se celebró el regreso de un equipo que recordó a todos por qué había ilusionado tanto en el primer tramo de la temporada.

Más allá del resultado, la Peña Deportiva volvió a ser feliz. Y en el fútbol, eso a veces vale más que cualquier marcador.

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