El Portmany vivió en Inca una de esas jornadas que todo equipo quiere olvidar cuanto antes. La escuadra dirigida por Vicente Román encajó una severa derrota por 5-0 frente a un Constància que no tuvo piedad y que supo castigar con precisión cada error de su rival. Un golpe duro para los de Sant Antoni, que llegaron con la intención de competir y acabaron desdibujados, sin capacidad de respuesta ante un rival que fue creciendo a medida que avanzaba el encuentro.
Durante gran parte del primer tiempo, el Portmany logró mantenerse en el partido, sujetando los intentos del conjunto local y evitando que la balanza se inclinara demasiado pronto. Sin embargo, cuando el reloj se acercaba al descanso, llegó el mazazo que cambió el guion del choque. Joan Gaya inauguró el marcador en el minuto 42 y, apenas unos instantes después, Mateo Ferrer aprovechó el desconcierto visitante para firmar el 2-0. Un doble golpe que dejó a los de Román tambaleándose, pero lo peor aún estaba por llegar.
Justo antes del intermedio, Diego Pérez vio la segunda amarilla y dejó al Portmany con diez jugadores, un lastre que resultó insalvable. Con un futbolista menos y la moral tocada, el equipo ibicenco salió a la segunda mitad con la difícil tarea de recomponerse, pero la reacción nunca llegó. Al contrario, el Constància olió sangre y se lanzó a sentenciar la contienda. Agustín Giaquinto amplió la cuenta en el 52, Antonio González puso el 4-0 en el 73 y, sobre la bocina, David Turmo selló la manita en el 90, completando una tarde aciaga para los visitantes.
El pitido final certificó un resultado doloroso para un Portmany irreconocible, sin recursos ni argumentos para frenar la avalancha rival. Con esta derrota, el equipo de Sant Antoni se ve obligado a pasar página de inmediato y centrarse en el próximo compromiso. La siguiente jornada, el Platges de Calvià visitará el Municipal de Sant Antoni, una oportunidad para redimirse y recuperar las sensaciones perdidas en Inca. Toca levantarse y demostrar que este mal trago ha sido solo un bache en el camino.