La SD Ibiza no logró levantar cabeza en su último partido del 2024, cayendo por 0-1 frente al Atlético Baleares en el Estadio Sánchez y Vivancos. En un encuentro marcado por el viento como protagonista inesperado, los locales ofrecieron pocas señales de vida futbolística y cerraron el año acercándose peligrosamente a la zona de descenso.
Desde el primer silbatazo, el Atlético Baleares dejó claras sus intenciones. Con un fútbol directo y práctico, los visitantes tomaron las riendas del juego, aprovechando las dificultades climáticas para imponer su ritmo. La primera advertencia llegó con un disparo de Jaume Pol que encendió las alarmas en la defensa ibicenca. Poco después, Florín Andone desató su magia: un autopase que desarmó a Simón Lecea y una definición quirúrgica que no dio opciones a Edu Frías. Era el 0-1 y un golpe anímico para una SD Ibiza que ya comenzaba a sufrir.
A pesar del dominio visitante, el equipo local tuvo un breve destello antes del descanso. Un balón parado ejecutado por Bengoechea rozó el milagro, pero quedó en un aviso aislado. El Atlético Baleares no solo controlaba el marcador, sino también el tempo del partido, anulando cualquier atisbo de reacción.
La segunda mitad trajo consigo ajustes tácticos en los locales, con la entrada de Xesc Navalón y Juanca en busca de frescura y verticalidad. Sin embargo, las intenciones no se tradujeron en hechos. La SD Ibiza continuó chocando contra un muro defensivo bien organizado y mostró una preocupante falta de ideas en ataque.
Por su parte, el Atlético Baleares no bajó el pie del acelerador. En el minuto 58, estuvo cerca de ampliar la ventaja, pero una intervención salvadora de Edu Frías evitó un marcador más abultado. El portero fue uno de los pocos puntos positivos de una tarde gris para los de Casañ.
Con esta derrota, la SD Ibiza cierra el año en una posición delicada. La falta de gol, agravada por las lesiones de Felipe y Ródenas, ha sido un problema recurrente que sigue lastrando al equipo. Las incorporaciones en el mercado de invierno se presentan como la única esperanza para un conjunto que necesita reforzarse, especialmente en la delantera, si quiere mantener la categoría.
El Atlético Baleares, por su parte, reafirmó su candidatura a objetivos mayores con una actuación sólida y contundente. Los de Baleares demostraron que, incluso en condiciones adversas, son capaces de imponer su estilo y sacar los resultados necesarios.
La SD Ibiza tiene trabajo por delante. El 2024 termina con más dudas que certezas y un llamado urgente a reaccionar en una segunda vuelta que promete ser una auténtica batalla por la supervivencia.