0-1. La UD Ibiza sigue sin encontrar el rumbo: Tercera derrota consecutiva

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El presente de la UD Ibiza se ha teñido de preocupación tras una nueva derrota en casa, esta vez por 0-1 ante el Algeciras. En un Palladium Can Misses desconcertado y con pocos motivos para el optimismo, el equipo celeste encadenó su tercera caída consecutiva, adentrándose peligrosamente en la zona baja de la clasificación. Los números no engañan: la UD Ibiza ostenta la peor capacidad goleadora del campeonato y sigue mostrando una preocupante falta de identidad en su juego.

Desde el pitido inicial, el conjunto dirigido por Paco Jémez intentó imponer su sello a través de posesiones largas, pero su propuesta pronto se reveló estéril. La falta de profundidad y de claridad en los últimos metros marcó el ritmo de un primer tiempo en el que los locales no consiguieron generar peligro real. Más allá de algún centro aislado y un remate tímido de Astals, la UD Ibiza dejó una imagen plana, casi irreconocible, incapaz de conectar con su afición o de incomodar a un rival disciplinado como el Algeciras.

Por el contrario, los visitantes aprovecharon las imprecisiones del equipo celeste para ensayar alguna tímida aproximación. El disparo lejano de Merchán y un centro cruzado sin destinatario fueron los únicos sobresaltos para la defensa ibicenca en un primer acto que apenas rozó el umbral de lo aceptable.

Tras el descanso, la UD Ibiza intentó cambiar el guion. Los ajustes tácticos introducidos por Jémez, incluyendo la entrada de Lass para refrescar el ataque, no dieron los frutos esperados. Si bien los celestes mantuvieron su apuesta por el control del balón, su juego careció de ritmo y precisión, lo que permitió al Algeciras reforzar su estructura defensiva y encontrar espacios para contragolpear.

El golpe definitivo llegó en el minuto 73, cuando Rodrigo Escudero aprovechó una desconexión defensiva de Escassi para marcar el único tanto del partido. Una jugada que simboliza la fragilidad del Ibiza en momentos clave, incapaz de reaccionar ante un mazazo que se veía venir.

La recta final del encuentro fue un reflejo de los problemas que han lastrado a la UD Ibiza durante toda la temporada. Intentos aislados como el disparo de Monju desde fuera del área o una falta sin dirección de Naranjo fueron los únicos destellos de un equipo sin ideas ni confianza. El pitido final dejó a los aficionados celestes frustrados y a un técnico que, pese a sus esfuerzos por revitalizar a la plantilla, no encuentra la fórmula para revertir la situación.

Con esta derrota, la UD Ibiza se queda al borde de los puestos de descenso, con solo 22 puntos en su haber. A medida que se aproxima el parón navideño, el equipo enfrenta un reto mayúsculo: encontrar soluciones inmediatas para una plantilla que parece atrapada entre la presión y la falta de autoconfianza. Si el club no reacciona con decisiones firmes y ajustes en el mercado invernal, el riesgo de caer aún más bajo será una amenaza real.

El reloj corre para Paco Jémez y sus jugadores. La UD Ibiza debe recuperar no solo los puntos perdidos, sino también la fe de una afición que anhela ver al equipo luchar con garra y determinación en cada jornada. Fuente: Diario de Ibiza

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