El mercado de invierno se aproxima y las especulaciones empiezan a inundar el panorama futbolístico. Uno de los rumores más llamativos es el posible regreso de Obolskii a la UD Ibiza. Según informa Mundo Celeste, el delantero ruso podría volver al Palladium Can Misses en busca de los minutos que no ha encontrado en el Córdoba, su actual equipo.
La relación entre Obolskii y la UD Ibiza dejó una huella significativa en la temporada pasada. El atacante de 27 años, con su imponente físico y olfato goleador, se convirtió en uno de los pilares del equipo celeste al anotar 10 goles en 40 partidos, 32 de ellos como titular. Su capacidad para mantener la posesión bajo presión y su precisión en el área contraria lo convirtieron en una amenaza constante para las defensas rivales.
Sin embargo, su paso por el Córdoba no ha sido lo esperado. En los primeros meses de esta temporada, Obolskii ha disputado apenas 383 minutos en 16 encuentros, la mayoría de ellos como suplente, y no ha conseguido anotar. Un registro alejado de las expectativas y del rendimiento que mostró en Ibiza, donde disfrutó de un papel protagonista con más de 2.700 minutos sobre el césped.
El posible retorno del delantero genera expectativas entre la afición ibicenca, que recuerda con cariño sus celebraciones bajo el cielo de Can Misses. Además, su regreso podría dar un impulso al equipo, que busca reforzarse de cara a la segunda mitad de la temporada. La UD Ibiza no solo ganaría un efectivo con experiencia, sino también una referencia ofensiva que puede marcar la diferencia en partidos ajustados.
Aunque las negociaciones todavía estarían en fase preliminar, según avanza Mundo Celeste, el movimiento parece lógico para ambas partes. Para Obolskii, el regreso supondría una oportunidad para recuperar protagonismo y confianza; para la UD Ibiza, significaría contar nuevamente con un delantero que ya demostró ser eficaz en su sistema de juego.
El mercado invernal promete ser decisivo para las aspiraciones de la UD Ibiza, y el posible regreso del “zar de los goles” es una señal de que el club apunta alto. La pelota, como siempre, está en el campo de los despachos.