El Sant Jordi ha vuelto a encontrar su lugar en el mapa competitivo con una victoria que va mucho más allá de los tres puntos. En el mítico Kiko Serra, el conjunto dirigido por Carlos Tomás firmó un triunfo por 2-1 ante el Migjorn, una victoria que marcó su primer éxito en casa esta temporada y, lo que es aún más significativo, su segunda victoria consecutiva. Tras una racha de siete derrotas que amenazaba con hundir las aspiraciones del equipo, los verdinegros parecen haber encontrado el rumbo hacia la recuperación.
La clave del encuentro fue la actitud. El Sant Jordi saltó al terreno de juego con hambre de reivindicación y respaldado por una afición que, lejos de abandonar al equipo en sus momentos más oscuros, llenó las gradas con cánticos y energía. Desde el inicio, el equipo local mostró una intensidad que no daba respiro al Migjorn, traduciendo esa presión en ocasiones claras y un dominio en el centro del campo.
El primer gol llegó en el minuto 32, cuando Marcos Escandell culminó una jugada colectiva que combinó precisión y velocidad, desatando la euforia en la hinchada local. Con el marcador a favor, el Sant Jordi no levantó el pie del acelerador. Apenas comenzada la segunda parte, en el minuto 48, Nicholas Rozo amplió la ventaja con un disparo certero que dejó sin opciones al guardameta rival. La ventaja de dos goles reflejaba fielmente el buen juego del equipo, que no solo controlaba el balón, sino que imponía su estilo en cada rincón del campo.
Sin embargo, el Migjorn no se rindió fácilmente. A pesar de ser superado en muchos aspectos del juego, logró acortar distancias en el minuto 86 con un tanto de Barber, un gol que puso algo de suspense en los últimos instantes. No obstante, el Sant Jordi resistió con solidez, mostrando una versión defensiva más compacta que en jornadas anteriores, una evolución necesaria para revertir la tendencia negativa.
Con esta victoria, los verdinegros escapan del farolillo rojo y comienzan a mirar con más optimismo la tabla clasificatoria. La próxima semana, el reto será mayúsculo: el equipo se enfrentará al Manacor, un rival siempre complicado en su propio feudo. Pero con la moral en alza y el apoyo incondicional de su afición, el Sant Jordi parece dispuesto a seguir escribiendo capítulos de superación esta temporada.
El fútbol, al fin y al cabo, no solo se trata de victorias o derrotas, sino de cómo un equipo encuentra fuerzas para levantarse. Y el Sant Jordi, hoy, está más vivo que nunca.