El tenis de mesa no suele ocupar las portadas deportivas, pero en Can Guerxo se vivió una jornada histórica que merece ser recordada. En la séptima jornada de la máxima categoría nacional, el Santjosep.net logró su primera victoria al imponerse al Tecnigen Linares por un contundente 4-1. Un resultado que trasciende los números, reflejando el espíritu de superación de un equipo que ha encontrado su lugar entre los grandes.
Desde el primer enfrentamiento, la atmósfera en el pabellón auguraba algo especial. Tomasz Lewandoski, pieza clave del equipo de Sant Jordi, se midió al también polaco Piotr Chodorski en un duelo que rozó lo cinematográfico. Cada punto se disputaba con la intensidad de una final y el público, entregado, celebró la victoria de Lewandoski por 3-1 como si ya se hubiera sellado el triunfo total.
El segundo choque presentó a Georgios Stamatouros, el griego con manos de seda, frente al andaluz Carlos Caballero. Aunque el rival mostró destellos de calidad, Stamatouros hizo valer su experiencia para dominar el encuentro con un 3-1 que encendió aún más a los casi 100 asistentes que abarrotaron las gradas.
Con el marcador 2-0 a favor del equipo local, entró en escena el coreano Sungbin Ha, quien plantó cara al español Carlos Vedriel. Fue un enfrentamiento de máxima tensión en el que cada set se decidió por márgenes mínimos. Aunque Vedriel luchó con el corazón, terminó cediendo 2-3 ante el implacable jugador del Tecnigen Linares. Un revés que no apagó los ánimos en el pabellón, sino que los encendió aún más.
El cuarto partido trajo de nuevo a la mesa a Stamatouros, esta vez contra Chodorski. El griego supo mantener la calma en un duelo de infarto que se decidió en el quinto set (3-2), dejando al Santjosep.net a un paso de la victoria soñada. Entonces llegó el momento más emocionante de la noche. Tomasz Lewandoski, con el peso de la historia sobre sus hombros, remontó un 0-2 adverso frente a Sungbin Ha en un alarde de técnica y coraje. Con un 3-2 final, selló la primera victoria de su equipo en la categoría reina.
La euforia se apoderó de Can Guerxo. No solo se trataba de una victoria, sino de una declaración de intenciones: el Santjosep.net no ha llegado a la élite para ser un espectador más, sino para competir y dejar huella. La afición, protagonista silenciosa pero decisiva, despidió a sus jugadores con una ovación que resonará durante mucho tiempo.
Este triunfo marca un antes y un después en la historia del equipo de Sant Jordi. Con esfuerzo y talento, los jordiers han demostrado que los sueños no entienden de límites. El camino es largo, pero la primera piedra ya está colocada. Y en Can Guerxo, el tenis de mesa ya tiene reservado su lugar de honor.