En el siempre dinámico panorama del fútbol base, el Portmany marca un nuevo hito al crear un Comité de Padres y Madres destinado a fortalecer los valores y las buenas prácticas en su cantera. Este paso, innovador en esencia, subraya la relevancia del entorno familiar en el desarrollo deportivo y también consolida al club como un referente en formación integral en las Pitiusas.
Desde su fundación hace más de un siglo, el Portmany ha sido un símbolo de pasión y tradición futbolística en Sant Antoni. Ahora, con este comité, el club apuesta por un enfoque renovado que pone a los jóvenes jugadores en el centro del proyecto. La iniciativa no se limita al campo de juego; se extiende a todas las áreas que influyen en el desarrollo personal y deportivo de los niños y niñas que sueñan con destacar en el fútbol.
El Comité de Padres y Madres, que incluye representantes del cuerpo técnico y del club, se reúne regularmente para tratar aspectos clave como hábitos saludables, dinámica de entrenamientos y bienestar emocional. Este modelo colaborativo asegura que las necesidades de los jugadores se aborden de manera integral, con el respaldo de profesionales en nutrición, psicología y metodologías de entrenamiento. Así, el Portmany no solo forma futbolistas, sino también individuos preparados para los desafíos más allá del deporte.
El club también ha implementado un Plan de Formación Multidisciplinar que no solo beneficia a los jugadores, sino que refuerza las competencias de entrenadores y técnicos. Esta visión holística coloca a la entidad en una posición privilegiada para competir con los estándares de los mejores programas de cantera.
La voz de las familias, el pulso de la cantera
Con representantes de todas las categorías —desde prebenjamines hasta juveniles—, el Comité funciona como un puente entre las familias y el club. Las sugerencias de los padres enriquecen la dinámica interna y aseguran que las decisiones reflejen las necesidades reales de los jugadores. Esta colaboración ha permitido, entre otras cosas, la creación de un Código de Buenas Prácticas que regula el comportamiento de todos los implicados en el ecosistema del Portmany: jugadores, entrenadores y familias.
El objetivo principal de este código es evitar situaciones que puedan impactar negativamente en el entorno deportivo. Se trata de garantizar que cada partido, cada entrenamiento, se desarrolle en un espacio seguro y saludable. Porque el fútbol, más allá de los goles, es una escuela de vida.
La presidenta del club, Mª José Castillo, lo ha dejado claro: la misión del Portmany no es solo ganar partidos, sino formar a los líderes del mañana. Los valores de respeto, igualdad y solidaridad están grabados en el ADN de la entidad y son la brújula que guía cada decisión.
A través de este proyecto, el Portmany refuerza su compromiso de ser mucho más que un club de fútbol. Es una comunidad que inspira, una familia que crece unida en torno al deporte y un ejemplo de cómo el fútbol base puede convertirse en una herramienta transformadora.
Con iniciativas como esta, el Portmany demuestra que su impacto va más allá del marcador. En Sant Antoni, el futuro del fútbol no solo se juega en el césped; se construye en cada reunión, en cada conversación y en cada paso hacia un deporte más humano y formativo.