El fútbol no entiende de certezas y, a veces, transforma las expectativas en desilusiones en un suspiro. La UD Ibiza, que hasta ahora había defendido su territorio con la seguridad de un gigante en su castillo, una amarga mañana en el Palladium Can Misses. El Betis Deportivo asaltó el estadio celeste y dejó un sabor agrio en la grada ibicenca, que vio cómo su equipo caía 1-2 en una derrota que no solo significó la pérdida de tres puntos, sino también el fin de una racha de invencibilidad en casa.
La primera mitad fue un duelo de estrategias, con ambos equipos buscando imponerse sin arriesgar demasiado. El Betis Deportivo fue el primero en lanzar un aviso con un remate de Reina que no supuso un gran peligro, pero que marcó la pauta de su ambición. La respuesta de la UD Ibiza llegó a través de Quique, quien, con un disparo que acarició el palo, avisaba a los andaluces de que los celestes no iban a ceder sin pelea.
El gol que sacudió el Palladium Can Misses llegó como un rayo de esperanza. Álex Gallar encendió la chispa en el minuto 20, con un zurdazo que se incrustó en la escuadra y que llevó al público a estallar en júbilo. Era el gol de la ilusión, el que todos esperaban para encarrilar un partido crucial y demostrar que en su casa, los ibicencos mandan. Pero el fútbol tiene giros inesperados y el guion no siempre es el que se imagina.
El descanso trajo consigo un cambio de actitud en los visitantes, que saltaron al campo con una determinación renovada. Las sustituciones realizadas por el técnico del Betis Deportivo cambiaron el ritmo del partido, especialmente con la entrada de Dani Pérez y Pablo García, quienes supieron cómo desquiciar a la defensa local y comenzar a construir la remontada. Solo tres minutos después del reinicio, Souleyame igualaba el marcador con un potente remate a la escuadra tras una jugada colectiva impecable.
La igualdad en el marcador pesó en los hombros de la UD Ibiza, que comenzó a tambalearse bajo la presión de los verdiblancos. El equipo celeste intentó reaccionar, pero sus esfuerzos se vieron frustrados una y otra vez por la solidez de la defensa visitante y las intervenciones precisas de su guardameta. En el minuto 76, una jugada vertiginosa terminó con el segundo tanto del Betis Deportivo, gracias a la conexión letal entre Souleyame y Dani Pérez. El gol de la remontada dejó helados a los aficionados ibicencos, que comenzaban a ver cómo se escapaba el partido de sus manos.
La UD Ibiza apretó en los últimos minutos con cambios estratégicos que buscaban darle frescura al ataque. Las oportunidades llegaron, pero el gol del empate no, a pesar de un remate final de Escassi que estuvo a punto de devolver la esperanza. Con esta derrota, el equipo de Pep Lluís Martí acumula su tercera caída consecutiva, sumando dos derrotas en liga y una en la Copa, una racha que hace tambalear las aspiraciones del equipo esta temporada.
Esta derrota supone un duro golpe para la UD Ibiza, que hasta hace poco parecía invulnerable en su estadio. La reacción del equipo, tanto en el campo como en los próximos encuentros, será clave para evitar que esta mala racha se convierta en una tendencia.