La Peña Deportiva, tras un inicio de temporada sólido, ha experimentado esta jornada su primer revés en casa al caer por 0-2 frente a un Espanyol B que demostró ser un rival astuto y eficiente. El resultado deja a los de Alberto Gallego alejados de la lucha por la cima de la clasificación y marca un punto de inflexión en una campaña que hasta ahora había sido prometedora.
El partido arrancó con un ritmo pausado, como un ajedrez en el que ambos equipos medían sus movimientos antes de lanzarse al ataque. La Peña Deportiva buscaba asentarse en el terreno, mientras que el conjunto visitante se replegaba con la intención de estudiar las intenciones de los locales. Los primeros veinte minutos transcurrieron sin un dominador claro, con un juego de mediocampo que apenas ofrecía oportunidades de gol.
La tensión se materializó en tarjetas cuando el defensa Cano fue amonestado por un derribo en la línea central, seguido poco después por el delantero visitante Sadik. Esta paridad inicial hizo presagiar un encuentro cerrado y de pocos espacios, donde cada error podría ser capital.
A partir del minuto 20, la Peña comenzó a adueñarse del balón, guiados por las acciones de Kandoussi y Elorza, quienes desde las bandas buscaban romper la línea defensiva rival. Sin embargo, la posesión no siempre se traduce en ocasiones claras, y el Espanyol B, con un enfoque más pragmático, supo esperar su momento para golpear. Fue Almansa quien, en el minuto 31, aprovechó un pase preciso que lo dejó mano a mano con el arquero Picón. Sin dudar, definió con frialdad, poniendo a su equipo en ventaja y sorprendiendo a los peñistas que hasta entonces habían llevado la iniciativa.
A pesar de irse al descanso en desventaja, los locales regresaron al campo con la firme intención de revertir el marcador. Las combinaciones rápidas y los centros al área se convirtieron en su arma principal, con Adrián y Kandoussi liderando la ofensiva desde la banda izquierda. La Peña apretó en los primeros quince minutos de la segunda mitad, generando varias oportunidades, aunque la falta de puntería frustró cualquier posibilidad de empate. Hassane, Barroso y Adrián se encontraron en posiciones de disparo, pero el gol se resistía.
El Espanyol B, consciente del peligro, ajustó su planteamiento para frenar el ímpetu de los pitiusos y comenzó a tomar el control del balón, buscando con paciencia la oportunidad para dar un segundo golpe.
Cuando el cronómetro marcaba la recta final del partido, Cano vio la segunda amarilla y dejó a la Peña con un hombre menos, complicando aún más la tarea de remontar. El Espanyol B, sin perder tiempo, aprovechó la superioridad numérica para sentenciar el partido. Un libre directo lanzado por Castell encontró a Català, que desde el área remató con una volea precisa, ampliando la ventaja visitante a dos goles.
Los últimos minutos fueron un intento desesperado de la Peña por recortar distancias, con Quico y Samu ingresando desde el banquillo para aportar frescura al ataque. Sin embargo, el Espanyol B mantuvo su solidez y no permitió que los locales generaran situaciones de verdadero peligro, sellando un 0-2 que resultó inamovible.
Un punto de inflexión para la Peña Deportiva
El revés ante el Espanyol B deja a la Peña Deportiva con lecciones por aprender y la necesidad de ajustar detalles de cara a los próximos encuentros. A pesar de su buen papel en fases del partido, la falta de acierto y la expulsión de Cano terminaron inclinando la balanza en su contra.
En el fútbol, los detalles marcan la diferencia, y este partido fue un claro ejemplo de cómo un equipo que sabe esperar y golpear en el momento justo puede transformar un duelo igualado en una victoria decisiva. La Peña Deportiva tendrá que retomar la senda del triunfo para no perder de vista los objetivos de la temporada.