Las gradas del Pabellón de Sa Pedrera se convirtieron en una auténtica caldera desde el primer minuto del partido ante el Proinbeni UPB Gandía. Cada canasta de su equipo era un estallido de júbilo, un grito de guerra que empujaba a los jugadores a dar un poco más, a luchar cada balón como si fuera el último.
El momento clave llegó cuando el marcador se estrechó y el Proinbeni UPB Gandía amenazaba con dar la sorpresa. Fue entonces cuando las palmas de la afición marcaron el ritmo de la reacción local, alentando a los suyos a no bajar los brazos. La conexión entre jugadores y público fue evidente: miradas cómplices, gestos de aliento y la energía de una hinchada que nunca dejó de creer.
Con cada triple de Gantt o Llamas, la euforia se desbordaba, y el “¡Sant Antoni, Sant Antoni!” se hacía cada vez más fuerte. Al final del partido, la victoria no solo se celebró en la cancha, sino también en la grada, donde se mezclaban abrazos, sonrisas y la promesa de que esta temporada podría ser inolvidable. En Sa Pedrera, no solo se ganan partidos; se vive el baloncesto con pasión y entrega, y la afición lo sabe mejor que nadie. Fotos: Toni Escobar.