Con el arranque de la nueva temporada en la Segunda División de la FEB, el Class Bàsquet Sant Antoni no oculta sus ambiciones. En palabras de su vicepresidente y gerente, Marcos Páez, el club tiene una meta clara y definida: ascender a la Primera FEB. “La plantilla está hecha para subir a Primera FEB”, asegura Páez, quien respalda sus declaraciones con hechos, números y una estructura sólida que respira crecimiento en cada rincón del club.
Una apuesta firme: Objetivos claros y sin rodeos
Cuando se habla de proyectos deportivos ambiciosos, el CB Sant Antoni es un ejemplo a seguir. Con una inversión que ha aumentado en un 25%, el club ha conformado una plantilla diseñada para dar el salto a la antesala de la ACB, una de las ligas más prestigiosas del baloncesto español. ¿El objetivo? No solo ascender, sino consolidarse como una de las fuerzas dominantes en el panorama del baloncesto insular y nacional.
“El club ya no se esconde. Estamos preparados para estar en Primera FEB y necesitamos estar en ella”, afirma Páez con determinación. No es solo una declaración ambiciosa, sino el resultado de una gestión que ha sabido tejer una red de patrocinadores sólida y creciente. Con 120 patrocinadores a bordo, la entidad no solo ha mejorado su equipo, sino que ha ampliado su impacto en la isla.
Una temporada de sorpresas y crecimiento
Sa Pedrera, el hogar del CB Sant Antoni, no es solo un pabellón. Es un lugar donde se vive el baloncesto, y este año promete ser más que una fiesta deportiva. “Este año va a haber nuevas sorpresas. Queremos que la gente salga con la sensación de que ha visto algo nuevo y quiere volver”, añade Páez, quien también subraya la importancia de generar un sentido de pertenencia entre los aficionados. Con un aumento del 25% en el número de abonados, parece que esa conexión ya está en marcha. ¿Qué es lo que hace tan especial este proyecto? ¿Por qué cada vez más personas se sienten atraídas por el CB Sant Antoni?
El efecto de marca es innegable. El equipo no solo estuvo a un paso del ascenso el año pasado, sino que ahora mira al futuro con la certeza de que está listo para dar el siguiente gran paso. Pero la grandeza de este proyecto no se limita al primer equipo. La cantera, que ha visto un aumento del 30% en sus categorías inferiores, es un reflejo de un trabajo bien hecho. “Estamos pudiendo invertir en profesionalizar la cantera”, comenta Páez, quien resalta el impacto positivo que el club tiene en el desarrollo deportivo y educacional de los jóvenes.
Un proyecto con alma: La fuerza del voluntariado
Detrás de cada gran éxito, hay un equipo invisible que lo hace posible. Para el CB Sant Antoni, esa fuerza está en las decenas de voluntarios que cada sábado contribuyen al éxito de los eventos deportivos. “Nos estamos juntando alrededor de sesenta personas allí trabajando. Sin esta ayuda sería muy complicado llevarlo adelante”, reconoce Páez. El compromiso de la comunidad con el club no es solo admirable, sino fundamental para la sostenibilidad del proyecto.
¿Qué sigue? Un futuro brillante y ambicioso
La temporada apenas empieza, pero el CB Sant Antoni ya ha dejado claro que no se conformará con menos que el ascenso. “Sant Antoni de Portmany y la isla de Eivissa se merecen un equipo de LEB Oro ya”, sentencia Páez, quien no tiene dudas sobre el potencial del equipo y la estructura que lo respalda. ¿Lograrán cumplir sus metas? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que este club, respaldado por una afición creciente y un proyecto sólido, está preparado para enfrentar los desafíos que vienen.
La pregunta es: ¿Estamos a punto de presenciar el inicio de una nueva era en el baloncesto ibicenco? Todo indica que sí.