El campo de fútbol de Formentera, un rincón lleno de historia y pasión deportiva, está viviendo una profunda transformación que promete cambiar la experiencia tanto para los jugadores como para los aficionados. Las gradas del campo municipal, construidas en los años 70, han sido testigos de innumerables partidos y de generaciones que crecieron amando el deporte rey en esta pequeña isla. Sin embargo, el tiempo no perdona, y la infraestructura necesitaba un cambio radical para adaptarse a las necesidades del fútbol moderno.
Esta mañana, Lorenzo Córdoba, presidente del Consell Insular de Formentera, junto con el conseller balear de Turismo, Cultura y Deportes, Jaume Bauzà, han visitado las obras de las nuevas gradas. Acompañados por Xicu Ribas, coordinador de Infraestructuras del Consell, y Xavi Enguix, técnico de Deportes, han observado de cerca la evolución de un proyecto que significa mucho más que la simple renovación de unas instalaciones deportivas.
Un nuevo capítulo para el fútbol en la isla
Las nuevas gradas, que podrán acoger a 208 espectadores, no solo suponen una mejora en términos de comodidad y seguridad, sino que también abren la puerta a un futuro donde el fútbol en Formentera pueda brillar con más fuerza. Esta obra, que está financiada en un 80% por el Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), tiene un presupuesto total de 1.627.934 euros (IVA incluido) y está prevista para completarse el 1 de noviembre.
Lo que hace único a este proyecto, además de su envergadura o su modernización, es la visión integral de futuro que lo acompaña. Las obras actuales son solo el comienzo. Una vez finalizada esta fase, se dará inicio a una segunda etapa aún más ambiciosa: la instalación de una cubierta con placas fotovoltaicas, que permitirá que el campo de fútbol funcione completamente con energías limpias. Este paso hacia la sostenibilidad será financiado con fondos europeos Next Generation, con un presupuesto de 1.066.717,85 euros (IVA incluido), y se espera que esté completado para el 27 de febrero de 2025.
Fútbol y sostenibilidad, una alianza ganadora
Este no es solo un avance para los aficionados y jugadores, sino un gran paso hacia un modelo deportivo más respetuoso con el medio ambiente. La introducción de energías renovables en el ámbito deportivo coloca a Formentera en la vanguardia de la sostenibilidad, algo que se alinea perfectamente con la creciente conciencia ecológica que impera en Baleares y en Europa.
El fútbol, como deporte clave en la vida de los habitantes de la isla, con más de 200 licencias de fútbol base, se verá beneficiado por esta nueva infraestructura. Las gradas no solo mejorarán la visibilidad y la experiencia del público, sino que, con el paso del tiempo, permitirán atraer competiciones de deporte base, algo que fue común en años anteriores y que se espera retomar con estas mejoras.
Deporte y turismo: el binomio que impulsa a Baleares
El conseller Jaume Bauzà subrayó la conexión entre deporte y turismo como un motor esencial para desestacionalizar el sector turístico en las islas. En un contexto donde el turismo deportivo cobra cada vez más protagonismo, la modernización de instalaciones como la del campo de Formentera abre nuevas oportunidades no solo para los residentes, sino también para atraer visitantes que buscan una experiencia integral, combinando deporte, naturaleza y sostenibilidad.
Formentera, una isla tradicionalmente asociada a sus playas cristalinas y su entorno natural, suma ahora un elemento más a su oferta turística: un campo de fútbol que será no solo un punto de encuentro para los aficionados, sino un emblema de la simbiosis entre deporte y sostenibilidad. Y lo mejor de todo es que este es solo el comienzo. Con la mirada puesta en el futuro, ya se ha solicitado una nueva subvención para adecuar los accesos al recinto deportivo en 2025, lo que garantiza que el fútbol en Formentera seguirá creciendo y evolucionando.
Con este proyecto, Formentera refuerza su compromiso con el deporte y el medio ambiente. La inversión en el campo municipal es mucho más que una simple mejora estructural; es una apuesta por un futuro más verde, inclusivo y con una visión clara de lo que el deporte puede ofrecer a una comunidad. En pocos meses, cuando los primeros espectadores se sienten en las nuevas gradas y los paneles solares comiencen a generar energía limpia, Formentera habrá dado un paso decisivo hacia un modelo deportivo más sostenible y moderno. El fútbol, una vez más, demuestra ser mucho más que un juego.