0-1. La SD Ibiza tropieza en casa: un duro revés ante el Sant Andreu

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El fútbol, ese deporte lleno de emociones, alegrías y también desilusiones, es capaz de cambiar el rumbo de un equipo en cuestión de minutos. Y si no, que se lo pregunten a la SD Ibiza, que este mediodía vivió una de esas jornadas en las que el esfuerzo no es recompensado con los tres puntos.

Can Misses 3 acogía el encuentro entre los ibicencos y el Sant Andreu, un choque que prometía emociones fuertes, sobre todo por la solidez del equipo visitante, líder de la competición. Desde el pitido inicial, la SD Ibiza, bajo la dirección de Raúl Casañ, salió con las ganas y la actitud de quien sabe que tiene que medirse ante un gigante. Y vaya si lo hicieron. El equipo balear presionó, buscó espacios y plantó cara a un Sant Andreu que se mantenía firme, pero no imbatible.

Sin embargo, el fútbol tiene esa particularidad de ser implacable en su imprevisibilidad. Al minuto 39, Juanan, futbolista del Sant Andreu, encontró un hueco en la defensa local y con un certero disparo adelantó a su equipo. Un balde de agua fría para los locales, que veían cómo su arduo trabajo quedaba manchado por ese único pero valioso gol.

El mazazo no terminó ahí. Justo antes del descanso, en el minuto 45, Xesc Navalón, jugador de la SD Ibiza, celebraba lo que parecía ser el gol del empate. La afición estalló, pero la alegría duró poco: el colegiado decidió anularlo. El motivo, para algunos discutible, fue una supuesta posición adelantada que dejó a los ibicencos con las manos vacías y el marcador en su contra al término de la primera mitad.

El segundo tiempo fue una batalla intensa. La SD Ibiza empujó, buscó con ahínco el gol del empate, pero se topó una y otra vez con una defensa catalana bien organizada. Los intentos de los de Casañ no fueron suficientes y el Sant Andreu, sabiéndose por delante, no arriesgó más de la cuenta, contentándose con defender su ventaja mínima.

Este resultado deja a la SD Ibiza sin puntos, pero no sin orgullo. El equipo había conseguido empates en sus dos primeros encuentros de la temporada, primero ante el Lleida en casa (0-0) y después en su visita al Cornellà (1-1). Hoy, sin embargo, la historia fue distinta. La derrota ante el Sant Andreu supone el primer tropiezo de la temporada para los de Casañ, que ahora deberán recomponerse y mirar hacia la próxima jornada, donde les espera el Sabadell, otro rival complicado.

El fútbol siempre da segundas oportunidades, y la SD Ibiza tendrá la suya muy pronto. Aunque el inicio de la temporada ha sido desafiante, los ibicencos han demostrado que tienen la capacidad de competir ante rivales de peso. Ahora toca levantar la cabeza y seguir adelante. La afición rojilla espera ansiosa el próximo reto, sabiendo que la perseverancia siempre tiene su recompensa, tarde o temprano.

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